A esta altura es válido decir que Steven Spielberg hace tiempo ya que está filmando para los libros de historia (Lincoln, Puente de Espías) y con The Post continúa esa misma búsqueda que lo lleva a una relectura del pasado. Aquí la historia se concentra en el primero de los leaks de la era Nixon que cambió el curso (y puesta en valor) del periodismo en los Estados Unidos: los Pentagon Papers, esos que revelaron los escandalosos verdaderos motivos detrás de la Guerra de Vietnam.
Pero como la historia ya fue varias veces contada (inclusive un pequeño guiño coquetea con la idea de que The Post parece una precuela de Todos los hombres del Presidente), Spielberg hábilmente se aleja de lo meramente anecdótico, y concentra también su mirada en la figura femenina detrás del Washington Post, Kay Graham (Meryl Streep, una vez más nominada al Oscar), quien debe luchar contra otros fantasmas de la época como los prejuicios y el machismo que imperan en su profesión, así como en tantas otras. No alcanza con ser dueña de un importante periódico porque, aparentemente, algunos de sus colegas le hacen entender que además tendría que ser hombre.
A tono con los tiempos que corren, y haciéndose eco de injusticias que aún continúan relagando a la mujer a un segundo plano, The Post se beneficia de esta temática, aún cuando queda corta y no consigue evitar caer en lugares comunes, que se manifiestan principalmente en esos monólogos didácticos que resaltan el valor de la prensa y los ideales americanos. Su pariente más cercana es, en ese sentido, la reciente ganadora del Oscar, Spotlight, otra película esperanzadora para quienes gustan creer que el periodismo nos salvará a todos.
Idealización romántica aparte, The Post es un film entretenido, didáctico y con excelentes actuaciones que la elevan por sobre otros exponentes del género.