Nadie posee mayor maestría para narrar una historia que Steven Spielberg. El director de clásicos como “Tiburón” (1975) y “La Lista de Schindler” (1993) nos vuelve a deleitar con una trama basada en hechos reales que probablemente en manos de otro realizador habría pasado por los cines sin pena ni gloria. Sin embargo, en las manos del Rey Midas de Hollywood tenemos un relato atrapante, excelentemente ejecutado y con poderosas actuaciones de su elenco estelar.
La película cuenta la historia del diario The Washington Post y la valiente posición que tomó junto con otros periódicos norteamericanos en 1971, para hacer valer la libertad de prensa y expresión, informando sobre un encubrimiento masivo por parte del gobierno sobre secretos de Estado que atravesaban a varias gestiones gubernamentales. En ese momento, Katherine Graham (Meryl Streep), primera mujer editora del Post, y el director Ben Bradlee (Tom Hanks) buscaban cambiar la imagen del medio grafico que había entrado en decadencia. Juntos tomaron la audaz decisión de apoyar al The New York Times y luchar contra el intento de la Administración Nixon de restringir la primera enmienda.
El film arranca con un ritmo avasallante donde se nos muestra el campo de batalla de Vietnam a través de un observador que mira la acción desde afuera. El sujeto en cuestión es Daniel Ellsberg (Matthew Rhys) que va a terminar siendo pieza fundamental para la exposición de los archivos del pentágono y para la trama de la cinta que nos convoca. Spielberg es un creador cinematográfico que oculta su complejidad narrativa y creadora bajo un manto de aparente simpleza. Su comprensión del espacio y del lenguaje audiovisual es tremendo y lo podemos ver continuamente en el excelso manejo de la cámara y el ambiente. El uso que le da a la “Long-Take” es inigualable y siempre está motivada por los personajes y por los movimientos internos al cuadro. Su ambición no es generar planos-secuencias largos y complicados desde lo técnico, sino que busca transmitir la información que necesita el espectador de una manera efectiva y puramente visual. Sus tomas largas son relativamente cortas e intentan más que nada permanecer invisibles para dotar al relato de cierto dinamismo y elegancia, al igual que para ofrecer cierta tensión y/o suspenso. Es así como a lo largo de la historia iremos siguiendo a los personajes bien desde cerca (casi desde un punto de vista de testigo) para meternos en ese mundo periodístico y su vertiginosa rutina.
Spielberg es un director que sabe graduar las dosis de información que necesita el espectador al igual que manejar el tiempo y el espacio diegético. Por otro lado, también representa a uno de esos autores que logra sacar a relucir lo mejor de sus actores y lo podemos ver representado en las magníficas interpretaciones de los protagonistas. Meryl Streep realiza un trabajo discreto pero efectivo, y Tom Hanks es verdaderamente quien se destaca como el gran actor de la cinta (increíble que no haya sido nominado como Mejor Actor en los Oscars 2018). Acompañan muy bien Bob Odenkirk (“Breaking Bad”), Bruce Greenwood, Tracey Letts, entre otros.
Lo que resulta realmente interesante de la propuesta es que el guion, además de ser un trabajo meticuloso y detallado del contexto histórico planteado en el film, fue ejecutado metódicamente por un narrador que supo balancear acertadamente los extensos diálogos y la charlatanería que traen aparejados los hechos.
Como es habitual, Spielberg contó con dos colaboradores frecuentes para desarrollar la película. John Williams en la banda sonora que conjuga armónicamente varias de sus melodías características, y Janusz Kaminski que realiza un trabajo impecable en la Dirección de Fotografía.
De esta manera, “The Post” nos ofrece un thriller político potente que resulta ser una oda al periodismo y a la libertad de expresión. Una historia impactante basada en hechos reales, que presenta un ritmo ágil que se beneficia del talento y la pericia de su director, y de las estupendas actuaciones de sus expositores.