¿Qué he hecho yo para merecer esto?
El director de “Fuerza Mayor” (2014) vuelve al ruedo multiplicando su propia apuesta. Si la primera era desnudar a la hipocresía de cierta clase social, y simultáneamente una radiografía del comportamiento humano en términos de drama, en ésta circula por la sátira para burlarse de todo, con tres variables principales.
Por un lado, la inoperancia y el ignominia de las clases sociales en la punta superior del triangulo sobre el resto de la humanidad, en segundo lugar, al arte contemporáneo que se auto sustenta y se adjudica los criterios sobre el arte en general y, por ultimo, una mirada muy despreciativa del 4to poder, el periodismo, por momentos de manera muy cruda, en otros con rodeos semánticas, nunca de manera sutil.
Christian (Claes Bang) es un hombre que parece haberse ganado el lugar en la sociedad, trabaja como curador en jefe en un museo de arte contemporáneo en Estocolmo, situación que es todo un estandarte social.
La sola presentación del personaje parecería dar por tierra eso mismo que propone halagar, toda una contradicción, de las muchas que plantea el filme, constituyendo las mismas una gran parodia.
Padre de dos hijos, acaba de divorciarse. Duerme en su oficina del museo. Dueño de un coche eléctrico y, por sobre todas las cosas, se muestra compenetrado de las grandes causas humanitarias.
La próxima exposición que prepara se titula 'The Square', es una instalación que invita a los visitantes al altruismo y les recuerda que deben respetar a sus semejantes, una obra que de no ser explicada no seria una obra de arte, por lo que no se merecerío el lugar que ocupa. Para justificar la idea Christian es capaz de hablar en un reportaje durante media hora sin decir nada, mientras la entrevistadora, por ignorancia, no habla, dice nada.
Todo cambia cuando a Christian le roban su teléfono, pues se ve impelido a escenarios impensados, ese discurso humanista que profesaba se deshace como castillo de naipes por la irrupción de su narcisismo sin filtro.
A partir de este hecho el filme se estructura en dos variables de acción, por un lado, el profesional, debe tener lista la muestra, y por otro el personal, el recuperar su celular, su agenda y la relación con sus hijos. Ambas se entrecruzan, y la segunda termina por relegar a la primera.
El texto parece estructurarse narrativamente de manera progresiva, sin embargo algo hay de las acciones y las secuencias que se constituyen como apuntes aislados que conforman un todo. Ese todo es lo que el personaje no puede terminar de controlar, y es el vehiculo por el cual comienza a transitar su descenso al infierno personal, nunca perdiendo la idea de poder reírse de lo patético de la vida actual.
(*) Dirigida por Pedro Almodóvar, en 1984