Ganadora del premio mayor en Cannes, esta película sueca del director de Fuerza Mayor/El Turista es un largo comentario ácido sobre el snobismo del mundo del arte. El director de un museo, a partir de una obra de la argentina Lola Arias, termina metido en problemas por la agresiva campaña de marketing del lanzamiento. Hay varias secuencias de eficaz provocación, pero en conjunto, la experiencia peca de aquello mismo que pretende, sin demasiada sutileza: criticar.