Cómo ser un experto en arte conceptual
El snobismo y la corrección política bajo la lupa del director Ruben Ostlund, a través de un sujeto que finge ser experto en el mundillo de los fanfarrones.
Nuestro público ya conoce a Ruben Ostlund. De él se estrenó aquí esa comedia amarga, incisiva, llamada "Force Majeure: la traición del instinto", sobre un padre de familia que, frente a una avalancha, en vez de salvar a los hijos agarra el celular y sale corriendo antes que nadie. Ahora nos trae una sátira refinada que bien podría subtitularse "La traición de los modales". Un poco larga, lo que diluye su fuerza, pero apropiada como crítica de ciertas actitudes "políticamente correctas" regidas por la hipocresía.
Fantoche principal, un carilindo medio hueco, atento a las formas, muestra la hilacha cuando pierde algo y debe enfrentarse a la realidad que dice comprender. Bueno, también muestra la hilacha en varias otras circunstancias, por ejemplo cuando le piden que explique una blableta que acaba de recitar sobre arte conceptual. Ese es el otro blanco de los dardos de Ostlund, el arte conceptual. Y el mundillo que lo rodea y lo festeja. El autor sabe de qué está hablando, porque él mismo hizo años atrás una exposición de esa clase, con un cuadrado en el piso como centro simbólico de un discurso sobre la sociedad. De ahí surgió la idea de esta película.
Hay palos surtidos para todos lados, bastante sorna, a veces difícil de compartir, ridiculeces y humillaciones de diverso calibre, buenas observaciones y alguna maldad. Ostlund sigue el camino de Roy Andersson, pero menos estilizado y con un sentido hiriente del humor. Protagonista, Claes Bang. En el reparto, Elizabeth Moss y Dominic West, estrellas televisivas, y, semidesnudo en una cena de gala, Terry Notary, el coreógrafo de las películas de simios belicosos, transformers y otros estrépitos de la vida moderna. Muy buena su participación (pero medio larga).