El mundillo del arte, o por lo menos aquel considerado “de vanguardia”, tiene una serie de códigos para su llegada al público. Nocrítica de The Square obstante, no pocas veces termina tratándose en realidad de códigos entendidos solamente por aquellos versados en el tema. En este universo se mueve The Square, la flamante ganadora de la Palma de Oro en la más reciente edición del Festival de Cannes.
Me gusssta el arrrte…
Christian es el curador de un museo que expone piezas de arte vanguardista. Un día le roban su celular y billetera en la calle. A través del chip que está instalado en el celular consigue averiguar que se encuentra en un edificio de departamentos. Entonces, para coaccionar al ladrón a que le devuelva sus pertenencias, decide escribir una carta amenazante y dejarla en todos los buzones de ese edificio. Christian enfrentará a las respuestas de los receptores mientras debe lidiar con la difusión pública de una nueva obra.
El guion de The Square nos introduce en un mundo de códigos elitistas a los que exitosamente consigue satirizar. Una gran parte de dicha sátira la tiene representada en su protagonista: un ser engreído, egoísta, en la permanente búsqueda de la autosatisfacción, que se aísla completamente de cualquier emoción humana que no lo beneficie directamente, y que parece más empecinado en vender el personaje de un conocedor de arte cuando en realidad no podría estar más alejado de ese concepto, tanto en definición como en plenitud. Un ser que se cree superior y la realidad en contraste a esa creencia, es la que genera suficientes risas en el metraje.
Aunque aprueba sonoramente en materia sátira, a la película le falta un entramado argumental más claro, más fluido. Al espectador, naturalmente, le va a encantar ver como un grupo de seres supuestamente superiores son ridiculizados al mismo tiempo que se expone su total falta de empatía ante el mundo que los rodea. Sin embargo, la falta de una estructura clara la reduce a una simple concatenación de hechos que se hacen difíciles y cansadores de sostener siendo una película de 140 minutos.
En materia actoral tenemos correctas actuaciones de Claes Bang como el egocéntrico curador protagonista, y Elisabeth Moss (Mad Men, The Handmaid’s Tale) como una periodista con quien tiene un breve idilio. Cabe destacar la performance física de Terry Notary (Rocket de la reciente trilogía de El Planeta de los Simios) en una escena donde simula ser un simio en un comedor lleno de elegantes comensales. Por el costado de la técnica, la película tiene cuidadas composiciones de cuadro y un ojo detallista para la dirección de arte.
Conclusión:
Si bien acierta rotundamente como sátira, la falta de una línea narrativa clara representa un impedimento para que The Square pueda brillar, y es la que contribuye a que su duración se sienta como pesada. Si se la piensa como una serie de situaciones en donde se ridiculiza a una clase sofisticada, se la puede llegar a disfrutar. Ahora, si lo que se busca es una noción clásica de estructura narrativa puede llegar a aburrir. Está en usted, lector/a, decidir a qué grupo pertenece.