Qué cosa fuera...
“Thor” es el nuevo eslabón en la cadena cinematográfica de Marvel, uno más que acabará conformando un todo llamado “The Avengers”. Ahora es el turno del hijo de Odin (Anthony Hopkins), desafiante, atrevido y algo inmaduro para llevar la corona que su padre desea cederle. Su hermano Loki (Tom Hiddleston) cela a Thor desde que eran niños y no se muestra felíz ante el hecho que su hermano herede el trono. Estos datos aportan a la trama el giro shakespereano que tan bien le sienta al director Kenneth Branagh, quien juega con la trama creando una versión muy libre del “King Lear” escrito por El Bardo.
Desterrado de Asgard y obligado a plantearse su forma de proceder, Thor es hallado en la tierra por la tenaz astrofísica Jane Foster (Natalie Portman). El Mjolnir -martillo de poder del dios del trueno- también fue enviado a la tierra, pero Thor no podrá hacer usarlo hasta que sea digno de él. Mientras tanto, los agentes de S.H.I.E.L.D intentan descifrar de qué se trata el extraño objeto clavado en medio del desierto de Nuevo México.
Hopkins se mueve con soltura en el rol de Odín, rey de Asgard. Solvente y fundamental para darle al relato una base sólida en lo actoral alrededor de la cual el resto del elenco cumple satisfactoriamente con los roles asignados, en especial Tom Hiddleston como el misterioso Loki.
En cuanto a Chris Hemsworth, éste se enfrenta al veredicto de los fanáticos del personaje, a quienes tal vez no impacte de entrada pero a los que seguramente conformará con el correr de la cinta, ya que Hemsworth consigue dotar a Thor de las características épicas que corresponden al dios del trueno.
Generosa en escenas de acción, éstas no distraen del conflicto central aunque las escenas terrestres y sus conflictos no estén tan cuidadosamente desarrolladas como las del reino celestial.
Abrumadora en lo visual, los escenarios creados digitalmente son vastos e inabarcables a simple vista. El nivel de detalle es asombroso y los efectos especiales impactantes. Sin embargo, aunque parezca mentira, la producción no encontró la manera de que algunos postizos capilares se vieran naturales. Por otra parte, el filme es altamente disfrutable en su versión clásica en 35 mm, ya que fue filmada en ese formato y el efecto tridimensional agregado en post producción.