A martillazo limpio
Kenneth Branagh dirige con intensidad esta presentación de otro superhéroe de la escudería Marvel.
Teniendo a Kenneth Branagh al frente, y con una pelea familiar por poder de por medio, es muy tentador ponerse “shakespeareano” y decir que Thor es un filme “lleno de ruido y furia, que no significa nada”. Y algo de eso hay en esta nueva superproducción de un cómic de Marvel que marca la aparición de otro superhéroe de la escudería.
Branagh dirige con su acostumbrado brío y con la intensidad que caracteriza sus mejores piezas, pero también con la confusión narrativa y el poco sentido del humor que tienen las más flojas. Con todo, Thor es un sólido agregado al grupo de The Avengers , que tendrá su filme con staff completo (Iron Man, Hulk, Thor, Capitan América, Hawkeye y otros) en 2012.
Tras un rápido y confuso repaso por lo que parecen siglos de batallas entre los mundos de Asgard y Jotunheim (que terminan en una tregua), llegamos a la que va a ser la coronación de Thor (Chris Hemsworth), el hijo mayor de Odin (Anthony Hopkins), como Rey de Asgard. Pero en lo que parece ser una trampa armada por su hermano Loki (Tom Hiddleston), Asgard es atacada por los gigantes helados de Jotunheim, y Thor decide ir a la batalla pese a la tregua, lo que termina costándole el destierro.
El hombre, sin los poderes que detentaba en su mundo, cae en Nuevo México, en un pueblito donde se topa con un grupo de investigadores que encabeza Jane Foster (Natalie Portman) y el Dr. Selvig (Stellan Skarsgard). La situación es confusa y supuestamente divertida: aunque habla bien inglés, Thor llega pidiendo un caballo para montar y con modales algo inusuales para los habitantes del pueblo.
No lejos de allí cayó Mjolnir, el mítico martillo que le da todas sus fuerzas. Thor y sus nuevos amigos intentarán recuperarlo mientras, por un lado, tienen que combatir con las fuerzas de SHIELD (agencia de seguridad que investiga estos fenómenos) y, por otro, las intrigas palaciegas que siguen sucediéndose allá lejos en Asgard (con el rey al borde de la muerte y Loki complotando) terminarán por llegar también hasta la Tierra.
Tal vez por su conocimiento del drama shakespeareano, las escenas del reino de Asgard son las que mejor maneja Branagh. Con un impactante diseño de producción, ese mundo (que parece salido de tapas de rock progresivo de los ’70) y esos personajes ofrecen mayor riqueza narrativa que lo que sucede aquí, que intenta ser jugado con cierto humor, pero que no siempre resulta efectivo.
Thor es una presentación de personajes más que un filme hecho y derecho. Hemsworth tiene cierto talento como para brindar algo más que un físico bien trabajado, y junto a él la película introduce personajes que serán clave en Avengers , como Selvig, Loki y, en un cameo, Jeremy Renner como Hawkeye. Esto recién empieza.