No es otra película de superhéroes…
Cuando Stan Lee y Jack Kirby crearon (es una forma de decir) a Thor, allá por 1962, lo hicieron para que Marvel tuviera una historieta distinta. A diferencia del resto de los personajes, que eran humanos cuyos poderes habían sido aumentados por alguna razón, Thor ya viene desde la cuna con esos dotes. Algo así como Superman, pero con la diferencia que este héroe toma como base el mito preexistente del dios nórdico del trueno. Eso lo hace salir del encasillamiento típico de las serializaciones de superhéroes y lo pone en otro nivel, más ligado a lo fantasía que a las aventuras de, por ejemplo, Spiderman, Iron Man o tantos otros.
?Ahora, con la tendencia que adoptó Marvel (en su rol de productora) de adaptar a la pantalla grande prácticamente todos los comics de su factoría, le llegó el turno a Thor, que no solo funciona como la película sobre este personaje sino también como un escalón más hacia Los Vengadores, el opus máximo que unirá a todos los superhéroes de La Casa de las Ideas en una sola película.
Pero para eso falta un año, y antes tenemos bastante de que hablar, tanto de esta adaptación como de la del Capitán América, que se estrenará en breve.
Para entender la historia, tenemos que conocer la mitología. En algún punto del universo existe Asgard, un planeta en el que vive la realeza que fuera venerada por los nórdicos mucho tiempo atrás. Allí reina Odin (Anthony Hopkins), El Padre de Todo, pero sus días en el trono están contados. Por eso, desde niños, entrena a sus hijos Thor (Chris Hemsworth) y Loki (Tom Hiddleston) para que lo sucedan. Cuando los príncipes son adultos, el momento de pasar el mando llega, y Odin elige a Thor, su primogénito, como heredero del reino. ?
Pero en el momento de coronación, los gigantes de hielo de Jutenheim rompen la tregua que sostenían con Asgard e irrumpen secretamente la bóveda de los tesoros del palacio. Si bien la invasión es detenida, Thor no se quedará tranquilo, y junto a Loki y un grupo de fieles amigos invadirá a los gigantes con sed de venganza, desobedeciendo las órdenes directas de su padre.
Pero algo ocurre, Odin se entera y Thor es expulsado de Asgard por traición.
Así, el dios del trueno cae a nuestro planeta, con la maldición de la mortalidad y, sobre todo, la deshonra que significa la quita de todos sus poderes y la prohibición de volver a usar a Mjölnir, el invencible mazo forjado en irrompible úru, extraído del corazón de una estrella moribunda, hasta que vuelva a ser un digno propietario. Por eso, Thor deberá comenzar un camino de humildad que transitará gracias a la ayuda de la científica Jane Foster (Natalie Portman) y sus amigos Erik Selvig (Stellan Skarsgård) y Darcy Lewis (Kat Dennings), que lo esconderán bajo la identidad del doctor Donald Blake.
?Pero, mientras tanto, en Asgard se está librando otra batalla silenciosa, y es que luego de un colapso de Odin, que lo dejará al borde de la muerte, Loki se convierte en el heredero legítimo del trono, y sus primeras decisones serán tan polémicas que llevarán a los amigos más fieles de Thor a viajar hasta Midgard (nuestro planeta) para buscar al héroe y pedirle auxilio en esta desesperada situación que, por su lado, encierra todas las intrígas de un drama clásico y, por el otro, el terrenal, nos lleva a explorar más sobre S.H.I.E.L.D. y sobre el proyecto Vengadores.
Como dijimos al principio, Thor no es sólo una película de superhéroes. Entre el argumento atípico creado por el Generalissimo Lee y la mano de Kenneth Branagh detrás de cámaras, se logró hacer una película que, más que a Iron Man, recuerda a La Historia Sin Fin, o alguna de esas películas fantásticas de los ochenta, pero con mucha más acción. De hecho, los paisajes de Asgard tienen mucho de eso, tanto que por momentos parece estar viendo una película de otra época, pero, claro, con efectos especiales más avanzados. Tanto las escenas “actuadas” como las de combate están rodadas a conciencia, lo cual logra que la película sea equilibrada en todo momento y que no caiga en absoluto durante las casi dos horas de cinta. El cast fue elegido con acierto, y la historia nos deja con ganas de, como se dice al final de la ?película, volver a ver a Thor en Los Vengadores.
La mitología que creó Marvel con sus películas se mantiene intacta. Cameos (por supuesto que el viejo Lee tiene su aparición), referencias y chistes que sólo pueden entender quienes hayan visto las anteriores producciones de la empresa se cuentan a granel. Y, por supuesto, deben quedarse hasta el final de los créditos para ver un pequeño guiño a lo que se viene. Sin spoilers, sólo puedo decir que será algo que los que tengan poco conocimiento sobre Marvel no comprenderán del todo.
En definitiva, con Thor, los personajes de la editoral de Stan Lee vuelven a ofrecernos una experiencia digna de vivir en pantalla grande. Si son fanáticos del personaje, o sencillamente quieren pasar un buen rato en el cine, no pierdan la oportunidad de ver al dios del trueno en su máximo esplendor. Eso si, preferiblemente en 2D.