Deshonrarás a tu padre
Con esta llegada de Thor a la pantalla de la mano de Kenneth Branagh podría decirse -utilizando un término futbolero- que ya hay equipo para integrar el grupo de superhéroes de la Marvel comics en lo que se anticipa como la gran película de Los vengadores para el 2012.
Es justo aclarar que este film cumple en cuanto a las expectativas en lo que hace a los tópicos de los superhéroes con una historia bien narrada, sin mayores pretensiones que las que podrían esperarse de un relato volcado a las acciones y conflictos de sus personajes. Buscarle una interpretación diferente o forzar ciertas vinculaciones con elementos Shakespearanos –tratándose de un film dirigido por Branagh- sería ir demasiado lejos en este caso.
Si bien existe una impronta de tragedia a lo Shakespeare porque está en juego el trono de un rey que pone a prueba la lealtad de sus dos hijos y genera rivalidad y celos entre ambos, esa premisa ya forma parte de la historia universal más que otra cosa.
Despojándonos de ese análisis inconducente entonces es mejor adentrarse en la propuesta lisa y llana que pese a su extensa duración logra mantener el ritmo sin perder el eje central que no es otro que introducir a Thor como un nuevo superhéroe que se enamora de una mortal, pero cuyo deber lo obliga a postergar sus asuntos sentimentales para salvar a los nueve reinos de la destrucción total.
Una de las virtudes la constituye la elección de un reparto que aporta prestigio a los personajes como es el caso de Sir Anthony Hopkins y su rey Odín o la presencia de la magnética Natalie Portman en su pequeño rol de astrofísica que se gana el corazón del inmortal nórdico, a quien el actor Chris Hemsworth (ya aparecido en la última Star trek) interpreta con solvencia y mucho carisma.
Por otra parte, debe decirse que el realizador Kenneth Branagh se ha tomado muy en serio la historia y supo por un lado quitarle solemnidad y por el otro permitirse un costado humorístico logrando que este superhéroe pop se asemeje en algo a Iron Man con quien compartirá cartel en la ya mencionada Los vengadores.
A eso debe sumársele un deslumbrante diseño visual y de producción en la creación del reino de Asgard que hace honor al término gigantismo, aunque el uso indiscriminado de la computadora es más que notorio.
Poco revelaremos aquí de la trama sencilla que comunica a través de un puente mágico -donde espacio y tiempo se fusionan- los dos reinos: el mítico de Asgard bajo las órdenes del rey Odín, quien destierra a su hijo Thor por quebrantar el mandato paterno y el de la tierra donde un grupo de astrofísicos encabezado por Jane Foster (Natalie Portman), el doctor Selvig (Stellan Skarsgärd) y la ayudante Darcy (Kat Dennings) investigan en Nuevo México un extraño fenómeno climático y se encuentran con el desterrado rubicundo, quien debe recuperar su martillo de poder para intentar recomponer lazos con sus padres y su hermano Loki (Tom Hiddleston), quien también detenta el trono.