Thor: Amor y trueno (Thor: Love and Thunder, 2022) es la cuarta película de la tetralogía del personaje de Marvel. Lamentablemente no será la última, aunque a juzgar por las barbaridades que ocurren aquí, será difícil predecir el futuro de la franquicia. Mentira, seguirá adelante sin problemas, lo sostiene el Universo Cinematográfico Marvel.
Thor (Chris Hemsworth) tiene una crisis de la mediana edad y lamentablemente lucha contra eso en medio de la película. Acompañado por el elenco de Guardianes de la galaxia ayuda a su manera mientras atraviesa la tristeza por los seres perdidos e intenta no conectar con sus sentimientos más profundos, aquellos que le recuerdan a la doctora Jane Foster (Natalie Portman). Pero esa es una de las escenas del comienzo, las otras dos presentan a los otros protagonistas. Gorr (Christian Bale) pierde a su hija, lo que lo enemista con su dios y lo termina convirtiendo en un carnicero de dioses. Él no era malo, se convirtió en malo. Ningún pibe nace carnicero de dioses. Y el tercer personaje es el regreso de Jane Foster. La doctora tiene un cáncer avanzado y con pocas posibilidades de sobrevivir. Excelente idea para meter en una película de Thor, un manotazo de ahogado del guionista y director Taika Waititi. Una mala señal. La película se debate entre una comedia cínica y una drama lleno de golpes bajos, ambos son dos caras de la misma moneda.
Waititi había convertido a Thor en una comedia al dirigir la tercera parte, Thor: Rangarok (2017) lo que generó felicidad masiva pero no unánime. Ahora insiste sobre ese punto, pero en el medio hizo Jojo Rabbit (2019) donde combinó comedia y abyección en una versión mejor filmada de la abominable La vida es bella. Especulación en esta puro, un daño sin retorno para el realizador de una gran película, What We Do in the Shadows (2014). Todo deja una marca y es Amor y trueno donde despliega todo ese costado sobrador y pretencioso, el peor de los escenarios. Algunas escenas se resuelven mejor que otras y varias son insufribles. Estéticamente tiene varios momentos bellos pero también aparecen algunos que hubieran sonrojado al creador de los poster Pagsa.
Waititi no tiene sentido del humor, solo practica el viejo arte de la burla, que no es lo mismo. La burla puede producir algo de risa, pero a la larga es cruel e inútil. En eso claramente se diferencia del espíritu de Guardianes de la galaxia, la versión no cínica del revisionismo de los héroes. No soy fan de ninguna de las dos series, pero el tiempo le juega a favor a una mientras hunde a la otra. Thor: Love and Thunder tiene como máximo hallazgo abusar del uso de Guns N’ Roses en la banda de sonido y en cada lugar que entra. Tiene la agenda woke completa, sin un solo casillero libre y el empoderamiento femenino menos creíble de la década. Las contradicciones del relato y su mirada del mundo llegan hasta el último segundo de la secuencia final de títulos. En eso es coherente: es un incoherente hasta el final.