La tercera fue la vencida
En Thor: Ragnarok el hijo de Odín buscará la manera de detener el Ragnarok: la profecía que predice la destrucción de Azgard y toda su civilización, en esta ocasión, causada por Hela (Cate Blanchett). Bajo la dirección de Taika Waititi (Hunt for the Wilderpeople), Thor llega a su película definitiva bajo un manto de humor, entretenimiento y una mirada irónica sobre sí mismo y los films superheroicos.
Como Winter Soldier (2014) marcó un antes y un después a la hora de presentar a un personaje como el Captain America, Ragnarok se posiciona como la película definitiva en su trilogía para definir la personalidad del héroe como también el contexto con el cual se desarrolla.
Thor: Ragnarok es de por sí una película muy alejada a lo ya visto del personaje como también de los Avengers principales. Taika Waititi entendió las incongruencias y dificultades de llevar a la pantalla a un personaje como el Dios del Trueno, desde su vocabulario poco propenso para la época actual como su carácter mitológico. Su adaptación, tal vez forzosa para coincidir y estar en sintonía con films como Iron Man (2008) o Hulk (2008), provocaban no alcanzar a mostrar la mejor faceta del personaje. En Ragnarok, el humor de Waititi aparece y sobrevuela en cada escena y en los diálogos entre los protagonistas, rápidos, astutos y no tan permeables y digeribles para todo el público, como así fue el caso en The Avengers (2012). Thor: Ragnarok es una comedia superheróica que se ríe de escenas, momentos y lugares comunes del cine de este género y hasta de sí mismo, pero sin llegar a burlarse como así ocurre en Deadpool (2016).
Thor: Ragnarok se desarrolla bajo un pulso filme sin bajar los decibeles, con una duración óptima de 130 minutos. Tanto su aparato visual como sonoro hace mella de los viejos videojuegos de los 80s como también a Tron: Legacy (2010). La música original de Mark Mothersbaugh lleva el film a otro nivel, entendiendo a la perfección el clima propuesto desde la dirección por Waititi y Javier Aguirresarobe en la fotografía, en una amplía paleta de colores claros, fluorescentes e impactantes.
Sin embargo, aunque tenga mucho de comedia y se empeñe en desarrollar un camino bajo el humor y la acción, Thor presenta el capítulo más dramático de su historia. A pesar de disimular por los constantes chistes e ironías, los hechos en Ragnarok emprenden un camino de ida sin retorno para cada uno de los personajes y sus acciones. La tragedia, el destino y el inevitable camino del héroe presentarán un contexto poco utilizado por el género para presentar otro desenlace para la película. En esta vía, Chris Hemsworth encontró el equilibrio perfecto de este héroe nórdico y el universo Marvel, demostrando que tan bien le sienta la comedia y el humor, en este caso, tan irónico y particular de Waititi que hace recordar a Casa Vampiro (2014).
En el cuidado de cada uno de los personajes Waititi también marcó la diferencia en Ragnarok: Hela (Cate Blanchett), -quien representa a Muerte, amante de Thanos en los cómics- se presenta como la antagonista sin límites, carcomida por la venganza y con un acérrimo pedido al trono y destrucción de Asgard. Blanchett conforma una villana cruel, despiadada e indestructible y ambiciosa de poder. A su vez, Tom Hiddleston y Mark Ruffalo siguen la línea propuesta por el director para exponer una posición crítica desde el humor y la sátira sobre sus propios personajes. El cast, compuesto por Anthony Hopkins, Benedict Cumberbatch y Idris Elba entre otros, funcionan a la perfección para dejar en claro lo que representa cada uno de sus personajes.
Tal vez Thor: Ragnarok (2017) no sea del agrado popular por su grado de humor despreocupado e hilarante y no tan fácil de apreciar para todo público -como desarrolló en una formula funcional Marvel– pero genera una estética narrativa, visual y sonora única y diferente a las demás, en un film entretenido que no deja respiro entre la acción y las risas.