Thor continúa buscando las Gemas del Infinito; y en plena búsqueda se topa con el demonio Surtur, quién está decidido a desencadenar el Rangarok, la destrucción de Asgard. Pero en su intento de detener dicho evento, Hela, la Diosa de la Muerte es liberada y ahora Thor deberá olvidar su cruzada para detener a dicha deidad que planea hacerse con el poder de Asgard; primero deberá escapar de sus captores que lo tienen cautivo en un planeta dominado por un dictador bastante particular.
Pese a que los films anteriores del dios nórdico fueron bastante fallidos, nadie duda de que Thor: Ragnarok es una de las películas de superhéroes más esperadas de este año, ya que es la última del MCU previo al gran evento Avangers: Infinity War. Además que en el trailer podíamos ver un cambio de tono y una dinámica del personaje que antes no habíamos visto y que parecía dar una mejora enorme con respecto a las primeras entregas. Sin embargo, algunos van a salir del cine un poco decepcionados.
En sí la película es buena y entretenida, pero Marvel sigue insistiendo en volver comediantes a todos sus personajes, cuando la personalidad de algunos de ellos no se presta para dicho estilo narrativo. En Spiderman Homecoming vimos una comedia al uso, pero el trepamuros es alguien proclive a los gags, mientras Thor sigue sintiéndose forzado a la hora de ser chistoso. Peor aún es cuando la mayoría de los gags provocan vergüenza ajena por recurir a golpes y torpeza, recordando más de una vez a los Tres Chiflados y no a una cinta de superhéroes.
Por suerte esta sobredosis de humor es compensada por una gran dirección a cargo de Taika Waititi, quién a la estética espacial ya establecida por Guardianes de la Galaxia, le agrega estilo propio a la vez que combina con lo visto en Asgard, logrando que todo quede homogéneo y no se sienta un pastiche de colores o estilos visuales distintos.
A esto hay que sumarle que dicha estética ochentosa, es acompañada por una banda sonora que nos recuerda a aquellos films de ciencia ficción de antaño, y que casi de inmediato dota de identidad propia a la película; haciendo de este apartado, uno de los mejores de Thor: Ragnarok.
Con respecto a los nuevos personajes, podemos decir que las incorporaciones terminan aportando bastante, y quizás sólo sea Skurge (Karl Urban) y Korg (voz del propio Waititi) los que quedan debiendo, el primero por falta de desarrollo, y el segundo por insoportable que termina siendo. Pero tanto la Hela de Cate Blanchet, como la Valkiria de Tessa Thompson son personajes que imponen presencia en pantalla, agradeciendo que por fin en Marvel veamos buenos roles femeninos aparte de los ya conocidos. Es una lástima que Hela vuelva a seguir en tono con los restantes villanos del MCU.
Thor: Ragnarok se queda a medio camino entre ser por fin una entrega digna del Dios del Trueno, y otra película graciosa de Marvel hecha sólo porque tiene los derechos del personaje y hacía tiempo que no lo veíamos en pantalla. Es una lástima que quizás sea la última vez que veamos a Thor en solitario, y nunca nos hayan podido dar la película que uno de los Vengadores fundadores merecía tener.