Thor: Un Mundo Oscuro es la secuela de Thor, la cual data de 2011. La importancia de aquel filme era presentar en sociedad al héroe de la Marvel - una interpretación muy liberal del dios nórdico - y tenerlo listo para orquestar ese megaensamble que fue Los Vengadores, la cual arrasó en la taquilla. La macana es que Los Vengadores fue tan épica que resulto difícil retrotraer a los personajes (y al público) a escenarios menos monumentales, amén de tener que inventar excusas de todo tipo sobre por qué el grupo de super héroes - tan eficiente y letal - se vió obligada a tomar caminos separados. Con Iron Man 3 bajaron la persiana de apuro a la trilogía y pusieron a Robert Downey Jr. en un sueño criogénico, mientras que aquí la acción se traslada directamente a otro universo... uno inacanzable para el portaviones volante de SHIELD y toda su pandilla.
Hablando en términos concretos sobre la película, Thor 2 es menos pulida que Thor 1. A mí me gustaba la dirección de Kenneth Brannagh y el hecho de que la historia estuviera ceñida al género fantástico, explorando una versión alternativa de las leyendas nórdicas. Aquí, en cambio, las cosas se convierten en un pastiche que mezcla fantasía y ciencia ficción por igual - algo así como entreverar La Guerra de las Galaxias con El Señor de los Anillos -, algo que por lógica no cuaja. Digo: ¿qué sentido tiene usar espadas y escudos cuando los invasores usan naves y cañones láser?. Al menos en Star Wars los sables láser podían hacer rebotar los disparos pero aquí son espadas de metal que, a lo sumo, se parten o se funden bajo una andanada de lasers.
Si uno no le da bolilla a esa contradicción, verá que Thor: Un Mundo Oscuro está bien hecha y es entretenida, aunque la trama es algo rutinaria. Lo que ocurre es que no recorre ningún camino nuevo, y ni siquiera los nuevos villanos - con el horrendo sobre-actor Christopher Eccleston a la cabeza - tienen una chispa de personalidad o hacen algo siquiera memorable. A los tipos se les canta apagar la luz de todo el universo y no dan ni la más minima explicación del por qué. Incluso poseen una caterva de tecnología vieja (que data de más de 5.000 años de edad), la cual no sólo funciona perfectamente después de todo ese tiempo de inactividad, sino que es capaz de derrotar a las tropas imperiales de Asgard en apenas un instante. No sólo la lógica sale volando un par de veces por la ventana a lo largo de todo el filme, sino que el libreto mete un par de Deus Ex Machina algo molestos, como la casa londinense plena de saltos dimensionales - similares al segundo episodio de Animatrix - (la cual resulta sumamente conveniente para que nuestros héroes regresen intactos a la Tierra), o las estacas medidoras con las cuales Natalie Portman, en dos minutos, las modifica para que generen agujeros negros portátiles. Algo así como tomar el medidor de la luz y convertirlo en una bomba atómica.
Aún con todos esos detalles, Thor: Un Mundo Oscuro se deja ver y se disfruta. La diferencia la hacen los actores, los cuales sacan el material a flote y dan perfomances más que dignas. Si Chris Hemsworth va camino del mega estrellato - ya que posee carisma de sobra y es buen actor -, quienes se llevan las palmas son Tom Hiddleston y Kat Dennings. La Dennings aportan unas salidas cómicas impagables - diría que es lo mejor del filme -, mientras que Hiddleston se relame de manera deliciosa con su villanía. El resto es muy bueno - como Idris Elba o Anthony Hopkins -, quedando Natalie Portman como la única que queda en off side. No es una perfomance terrible pero se nota que está en piloto automático, ya que ella quería salirse de su contrato y no rodar esta secuela. Trabajando a reglamento, ella va como un robot con poca energía, espetando sus líneas sin mucho entusiasmo.
Ciertamente no todo el material de Marvel tiene que ser épico u original, de manera de estar a la estatura de Los Vengadores, y aquí se nota. Oh, sí, aquí hay muchas explosiones y destrucciones, pero están reservadas para el final o para momentos específicos del filme; el resto es una trama de matineé - el héroe debe traicionar a todos para emprender una acción temeraria que derrote al villano - que entretiene mucho gracias a que algunos personajes están muy bien condimentados, con lo cual se transforma en un espectáculo más que válido para matar dos horas de nuestro tiempo... siempre y cuando no le miremos demasiado las costuras.