"Malas Compañías"
Desde que Marvel lanzó esa bomba pochoclera atómica conocida como “Los Vengadores” (Josh Whedon, 2012) el destino de todo su universo cinematográfico se vio alterado por los efectos exitosos y devastadores de aquella producción.
De hecho el primer gran movimiento polémico post-vengadores que dio el estudio es dejar afuera del tablero de sus próximos proyectos a Tony Stark (Robert Downey Jr.), quien luego de “Iron Man 3” (Shane Black, 2013) parece no tener un lugar asegurado en la denominada “Fase 2”.
Ahí entra a jugar Thor, quien en su segunda película tiene que levantar la batuta y hacerse cargo de gran parte de la suerte que correrán en el futuro las siguientes producciones de los superhéroes de Marvel, entre las que se encuentran “Capitán América: Soldado de Invierno”, “Guardianes de la Galaxia” y “Ant-Man”.
El príncipe asgardiano no escapa de tamaña responsabilidad, ofreciendo en esta oportunidad un producto muy superior en muchos aspectos con relación a su antecesora, aunque también cometiendo y ampliando algunos de los errores que presentaba la película dirigida por Kenneth Branagh en el 2011.
Dentro de lo positivo encontramos el desembarco definitivo del dios del trueno y su inseparable mjolnir en la pantalla grande, con escenas de acción grandilocuentes, épicas y visualmente espectaculares que se asemejan mucho más al comic y a lo que todos los fanáticos de los superhéroes queremos ver en la pantalla grande.
Cada vez que Thor agarra su martillo comienza una tremenda escena de acción, que acompañada esta vez del correcto uso del 3-D, termina por ofrecer gratos momentos dentro de la sala de cine.
Gran parte de eso se debe al director Alan Taylor, quien además de apoyarse en su gran capacidad de dirección para las secuencias de acción, hizo un trabajo notable en la fotografía y la música.
Kramen Morgenthau, quien sorprendentemente también viene de trabajar mucho tiempo en la televisión al igual que Taylor, realizó un trabajo soberbio en el aspecto visual de “Thor: El Mundo Oscuro”, ofreciendo no solo imágenes poéticamente bellas de Asgard, sus construcciones y ceremonias (hay una en particular que es tristemente hermosa), sino también de todos los reinos de Yggdrassil que dicen presente en esta película.
Por su parte, la música a cargo del siempre cumplidor Brian Tyler, por fin le impregna el tono épico tan esperado por todos los fanáticos a una producción de Marvel, las cuales no solían ser fuertes en este sentido.
Por lejos, la invasión de los elfos oscuros a Asgard y la batalla final con Malekith (Christopher Eccleston) en Londres son un ejemplo perfecto de esto, además de ser escenas impresionantes que pagan la entrada de cine por completo.
Los problemas nuevamente con Thor pasan a ser sus compañías.
Natalie Portman como Jane Foster podrá ser hermosa, pero no le quita lo nefasto, tonto y aburrido que se vuelve su personaje a medida que avanza la película. Más que una científica parece una quinceañera con ganas de conseguir novio. Por su parte Stellan Skarsgard ya está completamente desfigurado y lo arrojaron al plano de la comedia con su profesor Erik Selvig, ofreciendo situaciones patéticas que no causan la más mínima gracia.
Sin embargo el premio mayor se lo lleva ella, la Jar Jar Binks de la saga “Thor” y el personaje más nefasto y estúpido del universo Marvel. Hablo de Kat Dennings y su infumable papel como Darcy Lewis.
Por si fuera poco, esta vez, sumaron a su versión masculina interpretada por Jonathan Howard, lo cual solo empeora las cosas.
Y ojo que lo malo de “Thor: Un Mundo Oscuro” no pasa solo porque el accionar de estos personajes es molesto, sino porque en definitiva terminan arrastrando a todo el resto con ellos para que se desenvuelvan de forma ridícula e innecesaria en momentos inoportunos.
Thor tomándose el subte en plena batalla final es algo que no funciona bajo ningún aspecto.
Lo frustrante es que todo el resto de los personajes, desde el cada vez más grande Loki (Tom Hiddleston perfecto) quien se consolida como uno de los personajes más interesantes de Marvel dentro del cine, Odin (Anthony Hopkins amoldado increíblemente al cine pochoclero), Frigga (Renne Russo impecable) hasta Heimdall (el siempre presente Idris Elba) se convierten en aliados perfectos de Thor para contar esta aventura, pero hacia la parte final de la película desaparecen por completo, dejándolo solo junto a sus malas compañías.
Si no fuera por este aspecto, sin dudas estaríamos hablando de una película digna de seguir la jerarquía impuesta por “Los Vengadores”.
Una lástima, porque “Thor: Un Mundo Oscuro” es una de las películas más grandes y arriesgadas de Marvel por su increíble apartado técnico, su grandiosa puesta en escena y porque, en definitiva, es el primer paso hacia un mundo nuevo de aventuras que recién acaba de empezar y promete un montón.
Bienvenidos a la “Fase 2”.