Propios y ajenos
La nueva película de la directora portuguesa Susana Nobre, Tiempo común (Tempo comum, 2018), se enfoca en la experiencia ajena de ser padres primerizos.
La historia se centra en una joven pareja conformada por Marta y Pedro junto a su pequeña hija, Clara. Marta y Pedro están juntos en la vida real, Clara es su hija, varios de los personajes secundarios son de sus parientes y amigos… y aun así la película es una ficción que juega con la realidad.
Tiempo común es una película poética en su propia naturaleza híbrida: sets reales, sonido real y actores no profesionales enunciando líneas escritas, tratando de llevar realidad a un momento artificial, que a la vez es un momento aunténtico, como una escena robada de la realidad, que se transforma inmediatamente mientras pasa por el filtro de la ficción.
Nobre utiliza un tempo contemplativo, minimalismo extremo y la ausencia casi total de un conflicto para construir la historia a partir de conversaciones entre la pareja y sus invitados para dejar parcialmente atrás el conflicto de la paternidad propia y así profundizar en la vida y los recuerdos de otras personas.
La confrontación generacional trae historias pasadas, como el álbum de fotos de la madre de Marta o el diario que Pedro escribió junto a su padre durante un viaje a Italia. Otra confrontación –la ciudad contra el campo– le permite a la película respirar fuera de la claustrofobia del departamento que habitan¸ llevando a la pareja a Alentejo, donde, una vez más, los habitantes comparten historias pasadas de cuando las mujeres del campo no tenían acceso a los anticonceptivos y a menudo se veían frente a la muerte de alguno de sus hijos.