Imperfecto, pero original I
"Todos me dicen lo mismo... Es que vieron tantas películas de terror que se les quemó la cabeza". Este tipo de parlamentos no sólo aporta ironía a "Tiempo muerto", sino que también, pronunciado en un momento culminante de la historia, define la diferencia entre un film de terror y un melodrama fantástico como el que propone el director Víctor Postiglione.
La trama plantea una original mezcla de espiritismo y paradoja temporal. Guillermo Pfening es un argentino que vive en Colombia por motivos no demasiado claros y, cuando su mujer, María Nela Sinisterra, muere en un accidente de tránsito, otro personaje argentino en Colombia, Luis Luque, especie de padre adoptivo de la difunta, aparece con la idea de que detrás de ese accidente hay algo sospechoso.
La trama da mucha vueltas para arrancar y está llena de detalles poco convincentes, pero justamente es este personaje, a cargo de Luis Luque, el que deja claro cómo un eficaz trabajo actoral puede remontar y mejorar evidentes problemas argumentales. De todos modos, cuando la historia empieza a tomar forma, prácticamente promediando la proyección, el asunto se vuelve realmente interesante, ya que aborda un tema sobrenatural original y nada remanido, además de hacerlo en un tono bastante distinto a las convenciones del género.
Otro punto a favor son algunos personajes secundarios interpretados por actores y actrices colombianos, por ejemplo la especie de mánager de un vidente que compone con mucho humor Consuelo Luzardo.
Por otro lado, "Tiempo muerto" tiene muy lindas imágenes, gracias a las atractivas locaciones colombianas muy bien fotografiadas por el talentoso Hugo Colace.
Con un poco más de pulso narrativo la película funcionaría mejor, pero de todos modos este original melodrama fantástico tiene muchos aspectos interesantes.