Volverte a ver.
El cine de género es un terreno fértil y aún debe ser explorado a partir de la dinámica que permite el ensayo y error como punto de partida, pero con la suficiente espalda como para echar a volar ideas como es el caso de Tiempo muerto (2016), que no debe confundirse con el documental basquetbolístico Tiempo muerto de 2010, relato que cuenta con una premisa más que interesante pero que por estar atravesado con la ley de las paradojas temporales a veces pierde consistencia en la propuesta integral.