Una burla sin sentido
Mi ilusión por indagar en algo de la historia de parte de los pueblos originarios se vio totalmente frustrada ante la falta de respeto a esas culturas que significa Tiempos menos modernos, de Simón Franco. Si bien la mayoría de las críticas fueron positivas hacia esta película argentina vista en el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, desde lo personal quedé totalmente enojada con esta propuesta.
El director intenta hacerse el chistoso dejando de una forma muy ridícula al personaje principal y cuando lo quiere salvar, ya es tarde. Payaguala es hijo de tehuelches, vive en la Patagonia alejado de todo tipo de tecnología. Sus actividades cotidianas son su único quehacer, ya que vive solo. El mismo se provee de alimento. Es su tarea, o él lo siente así: cuidar los terrenos de sus antepasados que son acechados a menudo por extranjeros.
Para generar algún conflicto, en Tiempos menos modernos se hacen presentes un televisor y un teléfono que llegan hasta la casa de este hombre por medio de un plan del gobierno (menemista). Sin dudas, todo el discurso que Franco plantea, aquellos valores incorruptibles de Payaguala, se destruyen mostrando al hombre como un bobo frente al televisor.
Realmente resulta muy poco creíble que un pariente de tehuelches con tradiciones tan fuertes como se marcan en un principio y también al final, aparezca cantando con su guitarra las canciones de la novela de las tres de la tarde (literalmente), abandonando sus canciones en lengua natal. Y si eso les parece mucho, imagínenselo haciendo ejercicio con la tele. Realmente patético.