La memoria del país en la Recoleta
Como en su película "M", "Tierra de los padres" revela una búsqueda de la memoria, de la identidad de un país. En este caso a través de confrontaciones a lo largo del tiempo. Nicolás Prividera elige como lugar de filmación, el cementerio de la Recoleta, una superficie de más de cincuenta y cuatro mil metros cuadrados, que cambió su destino a lo largo de los siglos, desde su condición de huerta de los padres recoletos en el siglo XVIII con su iglesia y convento, hasta transformarse en gran cementerio de gente de poder y prestigio en el XIX con la epidemia de fiebre amarilla.
Enmarcada entre la imperturbabilidad de la muerte y la eternidad cambiante del río, pero siempre acunada por el himno nacional, un grupo de artistas e intelectuales leen frases de políticos, escritores, o escritores-políticos, referidas al país que amaron, por el que lucharon, del que tuvieron que partir o por el que sufrieron martirio, pagaron culpas, desconocieron creyendo conocerlo o violentaron: la Argentina.
Indudablemente la autenticidad, el autoritarismo, el prejuicio, el fervor, la resignación, el desengaño, la violencia embanderan palabras de siglos actuales o pasados, dichas por Echeverría, Facundo Quiroga, Sarmiento, Alberdi, Rosas, Mármol, Ascasubi, Hernández, Lavalle, Mitre, Mansilla, Roca, Lugones, Mallea, Martínez Estrada, Eva Perón, Silvina Ocampo, Juan José Valle, Girondo, Rodolfo Walsh, Massera, Urondo, Mariano Moreno y tantos otros. De sus amores, de sus odios, hablan sus ideas, equivocadas, justicieras, patriotas, ambiguas, ricas en deseos, embebidas en sangre, guerreras o pacifistas.
IDEA ORIGINAL
Ideas dichas por los que "viven" en sus tumbas, bajo vestiduras de mármol de esculturas inmutables. Ideas que significaron honores, muertes, asesinatos, todas con la misma fuerza y convicción, esta vez dichas por poeta, intelectuales, artistas. En medio de gatos que transitan las bóvedas, sepultureros que discuten los nuevos precios del servicio y flores de entierros, recolectadas para volver a venderse.
Hace seis años Heddy Honigmann construyó un poema filmando el documental "Forever" en el cementerio del Pere Lachaise de París, con Chopin, Proust, Piaf o Callas y sus incondicionales seguidores; Prividera, de cuarenta y dos años elige también una tierra de muertos, pero lo hace para convocar los fantasmas que construyen la historia social de un país, precedidos de una escena de víctimas que suponen victimarios.
A través de imágenes de archivo se pasa revista a la revolución del 55 o a las de los campos de Ezeiza, Malvinas, el 2001.
Película para reflexionar, para cuestionar y de introspección necesaria, mientras la imagen final evoca aquella escena inolvidable de "Garage Olimpo" con el Río de la Plata que deja de ser el río color de león de Mallea, para convertirse en ominoso destino final.