Y ya que hablamos más arriba de terror teológico, podemos complementar con este documental no sobre la Vírgen María (bueno, sí, también) sino sobre lo que la gente que ha vivido -o creído vivir- experiencias místicas tienen para comunicar al respecto. Lo peor de la película es que toma partido por la existencia indiscutible del milagro; lo mejor es que deja hablar a sus protagonistas y, más allá de la posición tomada, el espectador puede apuntar a la contraria. No carece de lugares comunes un poco torpes, pero tampoco de total interés.