A pesar de un original aproximación, este documental no puede trascender su evidente condición de propaganda.
El tema de la Fe es algo muy íntimo para cada persona, pero cuando se estrena comercialmente una película que claramente promueve su agenda personal en lo que a religión refiere, es difícil promoverla a un público general. Cuando eso pasa, se llama propaganda, y aunque Tierra de María hace el intento de abarcar su tema de una forma ligera, y hasta incluso humorística, no puede evitar caer en la solemnidad.
Caveat Emptor: Lo que critico aquí es si la película es efectiva como narración cinematográfica. No pretendo atacar o juzgar la profesión de la Fe en cualquier modo, manera o forma.
Una bajada de línea inevitable como la gravedad
El periodista Juan Manuel Cotelo, bajo órdenes de una jefa que no se sabe —o se entiende— si pertenece a una corporación malvada o al infierno, tiene el deber de entrevistar a una serie de personas, que tienen en común el hecho de haber experimentado literalmente a la personificación de la Virgen María.
La película introduce el concepto y plantea la pregunta de la existencia de la Virgen con algo de gracia y hasta con genuina curiosidad. Pero ambas se pierden, o mejor dicho ceden, ante la solemnidad de la que evidentemente intentaban huir. No hay progresión narrativa, las historias podían haberse presentado en cualquier orden y las pinceladas de humor que se mostraban estables en los primeros minutos, a medida que progresa el metraje —ya sea en las entrevistas o en las escenas que sirven de separador— acaban por ser poco inspiradas y parecen metidas con calzador. Esto se nota en la falta de naturalidad en los entrevistados, que no tienen por qué actuar si están ahí para dar un testimonio.
¿Es necesaria esta trama de pseudoespionaje para dotar de importancia a los intensos testimonios de los entrevistados? No, si se los retira la película podría sostener tranquilamente su concepto. Pero si le retiramos ese intento de comedia, esto parece más un especial televisivo que una película. O mejor dicho un especial televisivo que tuvo la suerte o las suficientes influencias para ser exhibido como una película.
Conclusión
Aunque Tierra de María plantea una forma innovadora de ofrecer algo viejo, no puede evitar sucumbir a la bajada de línea. Como película no funciona, hasta les diría que no se si la definición de película le sienta. Exclusiva para devotos religiosos; cualquier otro público no va a encontrar nada distinto en esta película que no haya oído en Pare de Sufrir mientras uno hace zapping.
Hay muchas formas, muchas opciones de profundizar en la fe religiosa si uno lo desea. Leyendo libros sobre el tema, hablando con gente que conozca el tema en profundidad, y un etc. tan largo como el debate eterno de creencia contra hechos. Pero el hecho concreto es que no sé si pagar una entrada para ver esta película sea la mejor opción para dicha profundización.