Rina (Marilú Marini) vuelve a su casa de Tigre después de mucho tiempo. Saca las sábanas de los viejos muebles, acomoda sus pertenencias alrededor de objetos oxidados, limpia el polvo y se sienta a tomar una copa, dispuesta a quedarse allí el tiempo que haga falta para que nada ni nadie avancen sobre ese lugar que alguna vez fue el escenario de momentos familiares.