No la dejes ir, no la dejes ir
Violetta está cansada de tener que lidiar con la fama. Las giras son largas, la prensa no la deja en paz y para colmo está lejos de su novio León, quien se encuentra en Los Ángeles filmando un videoclip. Recién llegada a la Argentina recibe el falso rumor de que su chico la está engañando, mientras que al mismo tiempo debe cumplir obligaciones contractuales y empezar con las grabaciones de su próximo álbum. Bloqueada y emocionalmente devastada, decide hacer las valijas y partir hacia una residencia para artistas en una paradisíaca isla del mediterráneo. Allí volverá a enamorarse y dará rienda suelta a toda su creatividad, pero también irá descubriendo algunos secretos de su pasado que la harán repensar lo que quiere para su carrera.
Tini, el gran cambio de Violetta es una película hecha con el simple propósito de despedir al famoso personaje de la luz pública, y recordarnos que de ahora en más Violetta es Tini. ¿Entendieron? No le digan más Violetta, ya no se llama así, de ahora en adelante se refieren a ella como Tini (o Timi, si nos ponemos estrictos con la caligrafía del poster). El propósito de la película nunca se esconde, al contrario, está todo tiempo ahí en nuestras narices. Algunos artistas como P. Diddy (después Puff Daddy) emiten sólo un comunicado a la prensa, Violetta filma su propia película.
La cosa podría haber terminado ahí, haciendo algo de compromiso y con el único objetivo de cobrar algunos rápidos billetes. Y aunque obviamente las motivaciones económicas son las principales detrás de productos como estos, en Tini, el gran cambio de Violetta hay un genuino interés de Stoessel y su director Juan Pablo Buscarini, de despedir a la personaje de la forma más honesta posible.
Esto no significa que la película basada en la exitosísima serie de Disney Channel rompa con todo lo preestablecido en lo que a ídolos-teens-en-la-gran-pantalla respecta. No tiene mucho para ofrecer, el guión se toma algunas licencias y su historia bien podría estar basada en cualquier novela de Nicolas Spark que tomemos de una biblioteca. Pero debería ser suficiente como para dejar contento al público para el que fue pensada y, en el camino, no matar de aburrimiento a quienes les toque verla por otro motivo.
Quizás lo que más llame la atención son los altos valores de producción que tiene la película. Aunque nunca se siente como algo más que un film original de Disney Channel, definitivamente no se ve como uno de esos. Buscarini se da algunos lujos técnicos y le saca el mejor provecho posible a su generoso presupuesto, proveniente en su totalidad de capitales extranjeros.
Conclusión
Tini, el gran cambio de Violetta es un film que termina resultando algo más que la suma de sus partes. Es un lío simpático. Una historia de amor de manual, hecha para el lucimiento de su actriz principal y que sirve como despedida de un personaje que traspasó fronteras. Nunca pierde tiempo intentando ocultar lo que es, y sólo se preocupa por entregarle a sus fanáticos el adiós que merecen.