Bellamente empalagosa
El filme de Disney hará deleitar a las niñas.
Tinker Bell es habilidosa, inquieta y muy entrometida. Su extrema curiosidad, sobre todo por el mundo de los humanos, la lleva a meterse en problemas. Pero la simpatía y ternura del hada compensan sus travesuras.
Tinker Bell: Hadas al rescate , la nueva película de Disney, pinta el delicado mundo de las hadas de una manera que hará las delicias de todas las nenas, como ocurre con Lizzie, la niñita protagonista de 9 años. Sus alitas tejidas como fino encaje, sus breves trajes confeccionados de suaves pétalos y hojas, su fantástico mundo de colores y aromas en medio del bosque, son bellamente empalagosos.
En plena campiña inglesa, a principios del siglo XX, la pequeña Lizzie y su papá, un científico descreído de todo lo que no sea racional, llegan a una cabaña a pasar sus vacaciones. Lizzie armó una casita, con una lata de galletas, hojas, flores y cascabeles para atrapar un hada. Tinker Bell, llevada por su curiosidad cae en la trampa. Pero, excepto por el gato de Lizzie y la manía de su papá por coleccionar mariposas y tapar goteras en la casa, Tinker Bell no corre grandes riesgos y hasta se pasea por la casa de muñecas de Lizzie como si fuera un elegante palacio. Mientras el hada rubia y la nena se hacen amigas, el resto de las hadas, Vidia, Rosetta, Silvermist, Fawn e Iridessa irán a buscar a Tinker para llevarla de regreso al campamento. El rescate será toda una aventura.
Lizzie aprende todo lo que siempre quiso saber sobre ese fascinante mundo: Tinker Bell le cuenta sobre el cambio de las estaciones, el arco iris y otras maravillas que son obra de las hadas. Y hasta le enseña a volar.
Pero Lizzie, que como todas las nenas de su edad tiene una intuición especial para entenderse con las hadas, no logra que su papá le preste suficiente atención. Hasta que Tinker, con sus habilidades como artesana y su don para la fantasía, pone manos a la obra y decide ayudar a su humana amiga.
Es que en el mundo de las hadas todo es posible.