Vale como experimento de estilo, falla como policial
Aquí tenemos un producto original que cuenta un asalto con toma de rehenes. Lamentablemente el detalle que hace que esta película sea original también es lo que la arruina como película y tal vez sólo la justifica como extraño experimento de estilo.
Es que "Tiro de gracia" está contada a través de las múltiples cámaras de seguridad de la única locación del film, lo que resulta totalmente cansador y no ayuda a que la historia se desarrolle fluidamente.
El cine, como lenguaje narrativo, depende de la capacidad de contar una historia en planos. El plano general sirve para establecer una situación, el plano americano para describir un personaje y un primer plano se puede usar para resaltar un detalle o una acción.
En esta película, sobre todo al principio, abundan lógicamente los planos generales propios de la típica cámara de seguridad que uno ve en la cajas cuando va a un supermercado. Obviamente, esto no ayuda para meter al espectador dentro de la historia, y aun cuando a medida que avanza la acción el director intenta falsear esos planos tratando de llegar a planos medios, esto tampoco luce creíble, y el resultado es algo permanentemente frío y distante, más allá del asunto policial que se pretende narrar a través del recurso en cuestión.
Una pena, dado que el tema, de candente actualidad, sobre un chico de clase muy baja, totalmente resentido y dispuesto a todo al realizar un sangriento asalto, daba para mucho más, y hubiera tenido mayor efecto con un formato más adecuado.