Diez años pasaron desde que Stacker Pentecost (Idris Elba) se sacrificó para salvar el planeta en la guerra contra los Kaiju. Su hijo Jake Pentecost (John Boyega) vive de una manera errante y fuera de la ley, vendiendo chatarra tecnológica para poder sobrevivir. De esta manera, conoce a Amara Namari (Cailee Spaeny), quienes llegarán juntos a la academia para pilotos, ella para entrenar y convertirse en Ranger y él para ser entrenador.
Jake se rencontrará con su viejo amigo Nate Lambert (Scott Eastwood) y su hermana adoptiva Mako Mori (Rinko Kikuchi). Todos ellos deberán enfrentarse a una nueva e inesperada amenaza Kaiju.
A nivel guión podemos decir que es una historia interesante, la cual continúa con la misma temática de su anterior entrega, aunque en varias partes se nota el cambio de dirección, con escenas extremadamente largas, que realmente no suman nada a lo que se está contando. La película podría haber sido más corta, con menos peleas, y un poco más de sustancia en el relato.
Las actuaciones son buenas, podemos apreciar algunos nuevos talentos, que seguramente continuarán en las siguientes entregas de la saga.
Si bien los hechos ocurren en un ambiente futurista, muchas veces se abusa del uso del CGI. Por momentos se vuelve excesivo, lo cual hace que la película se sienta pesada en algunos instantes.
Para ir concluyendo, “Titanes del Pacífico: Insurrección” es una buena película de ciencia ficción, aunque no llega al nivel de su antecesora y se queda en el camino, tratando de contar una historia. Esperemos que eso cambie en las entregas venideras.