Soy un bicho diferente Yo, adolecente cuenta la historia de Zabo (Renato Quattordio), un joven de 16 años que decide documentar en un blog las memorias de sus 16. La historia transcurre durante el año 2005 luego de la tragedia de Cromañón y el suicidio de su amigo Pol. En sus memorias, Zabo comienza a plasmar sus aventuras y desventuras, dentro de su grupo de amigos, sus amores y desamores, su relación con los adultos y su manera particular de ver el mundo. La película refleja cómo era ser adolescente allá en el 2005, cuando recién comienzan las primeras redes sociales y la mayoría de los adolescentes no podían ir a bailar o ir a los recitales de sus bandas favoritas, justamente por ser menor de edad. Lo que los llevaba a armar fiestas clandestinas en distintos lugares. Otro de los puntos fuertes es la amistad: Yo, adolecente hace mucho hincapié en la amistad durante esos años, donde nuestros amigos se convierten en nuestra familia. La película tiene un mensaje clave y es que alguien en alguna parte tiene que estar pasando por lo mismo. El guion es una buena adaptación de la novela y si bien faltaron algunos detalles que se encuentran en el libro, la idea principal está bien representada. De las actuaciones se pueden destacar principalmente las de Renato Quattardio y Jerónimo Bosio quienes con sus representaciones, logran generar en el espectador una gran empatía, uno realmente siente cariño hacia estos personajes, logrando trasmitir el dolor, la felicidad y los distintos sentimientos que van viviendo. El film es una historia coming of age. Comparable a Las ventajas de ser invisible, Lucas Santa Ana (quien anteriormente dirigió El puto inolvidable) captó perfectamente la esencia del relato y logró plasmarlo de una gran manera en cuanto al lenguaje cinematográfico. Para ir concluyendo, Yo, adolecente es una gran película, esperemos que con el tiempo se convierta en un clásico que pueda ser visto por varias generaciones más, ya que su mensaje sigue estando presente en la actualidad y es de alguna manera atemporal a todo adolescente.
El príncipe Philipe (Wilmer Valderrama) es sentenciado desde su nacimiento hasta su cumpleaños número veintiuno a ser extremadamente encantador, así es como todas las chicas del reino se enamoran de él. En un giro inesperado se encuentra comprometido con Blancanieves (Avril Lavingne), La Cenicienta (Ashley Tisdale) y La Bella Durmiente (GEM). Pero para encontrar el verdadero amor deberá pasar por varias pruebas. En este camino conocerá a Leonor (Demi Lovato), una joven ladrona y que está destinada a no amar. Juntos se embarcarán en una aventura que los llevará a descubrirse del todo. Lamentablemente, “El Príncipe Encantador” es el ejemplo de una buena idea, que no llega a concretarse del todo. Si bien el argumento es interesante y busca burlarse de los cuentos de hadas tradicionales, tristemente no lograr llegar del todo a esa premisa. La historia se queda corta y desde el principio se torna predecible y los chistes en su mayoría no causan gracia exceptuando unos pocos. La animación no es muy buena, no llega a alcanzar el nivel de las producciones actuales y los números musicales aparecen sin darles contexto y no resaltan en nada, solamente el musical de la cantante SIA está muy bien logrado. Lo que podría haber sido una historia innovadora cayó en los clichés de siempre y lamentablemente no creo que “El Príncipe Encantador” se destaque mucho. Va ser una más de esas películas de animación que se quedan en el olvido del público.
La última entrega de esta saga llega a los cines este jueves para centrarse luego de los acontecimientos de “Cómo entrenar a tu dragón 2”, donde Hipo (Jay Baruchel) se convirtió en el jefe de su pueblo. Junto a su equipo y su dragón amigo llamado Chimuelo se encargan de rescatar dragones que son atrapados por cazadores, dirigidos por su madre Valka (Cate Blanchett). Pero todo cambiará cuando aparezca un dragón hembra de la misma especie que Chimuelo, un Furia Nocturna (que se creía extinto). A partir de esto, el liderazgo y los sueños de Hipo se pondrán en duda y tendrá que demostrar que es un gran líder, con o sin dragón. Esta es la última parte de las aventuras de Chimuelo e Hipo, las anteriores entregas tuvieron una gran aceptación en el público en general. A pesar del retraso de la conclusión de la trilogía se generaron grandes expectativas sobre esta aventura. La saga de “Cómo Entrenar a tu Dragón” está basada en unos libros escritos por la autora Cressida Cowell. Al igual que en sus antecesoras, la película deja un hermoso mensaje de amistad, tolerancia y perseverancia ante los obstáculos que deben enfrentar los protagonistas. Con respecto a los aspectos técnicos, la banda sonora acompaña muy bien las escenas de acción y batallas, como así también los momentos emotivos de la historia. Por su parte, la animación ha mejorado a medida que han avanzado las películas; están muy bien logradas y por momentos los escenarios en los que transcurre el relato se sienten tan reales como una fotografía. En conclusión, “Cómo Entrenar a Tu Dragón 3: El Mundo Escondido” es un gran cierre para una maravillosa historia que merece una oportunidad de ser vista en el cine.
Este jueves llega al cine Gaumont “Un Cine de Concreto”, el documental de Luz Ruciello que se centra en Omar Borcard, un obrero que se autodenomina como un “cinéfilo” apasionado del cine en todas sus formas, pero que se frustra cuando el cine de su pequeño pueblo Villa Elisa en Entre Ríos cierra. Este será el puntapié para lograr un sueño construir un nuevo cine en el pueblo y llevar eso que tanta felicidad le causó a la gente. El documental recorre la historia de Omar y su lucha día a día para devolver la magia del cine al pueblo. A lo largo de testimonios y una entrevista en primera persona nos iremos adentrando en la vida de este pintoresco personaje y su pasión por el séptimo arte. El relato se hace pesado por momentos, ya que los planos se vuelven demasiado largos y no tienen mucho que ver con lo que se quiere contar. También hay muchos inserts de viajes, que poco suman a la historia. En conclusión, este documental es una historia sencilla y contada con un tono que permite conectarse con sus protagonistas. A pesar de tener problemas con alguna toma y planos, vale la pena ser vista y conocer un personaje diferente.
Primero que todo: si sos fan de la serie esta es una historia nueva y todo lo que se sabe de Broly nunca existió en el universo de Dragon Ball. El rey Vegeta es el gobernador del planeta Vegita. En este contexto, los guerreros Sayain deben trabajar para el malvado Frezzer, buscando planetas para vender. Vegeta quiere que su hijo sea el más poderoso de todos, pero el hijo de uno de sus comandantes tiene un registro más imponente de poder. Es ahí donde comienza esta historia. Broly es expulsado de su planeta por el rey, su padre decide seguirlo cayendo en un planeta inhóspito, ahí Broly entrenará y se convertirá en una máquina de pelear. Mientras tanto, Goku y Vegeta se encuentran entrenando para combatir en distintos universos. Es allí donde se enterarán de que Frezzer robó las esferas del dragón y los Sayain irán detrás de éste, pero sin saber que Frezzer sumó a su ejército para la batalla. Y todo lo que conocían hasta ahora cambiará para siempre. Basado en un manga de 2013 que cuenta el porqué de Goku en la Tierra, esta película es canónica, ya que está escrita por Akira Toriyama (autor del manga y serie). Para empezar, si alguien es muy fan de “Dragon Ball” y “Dragon Ball Z”, aunque ésta sea la historia “original” es un poco más de lo mismo. Es el mismo relato de siempre y no cambia mucho a lo que hace la serie, diría que si sos fan de la serie la película se hace un poco pesada. Los personajes no varían mucho y me parece que es una película hecha más por un tema comercial que por amor a la serie. Lamentablemente, la franquicia de DB y DBZ sufrió varios cambios a lo largo de estos años, con la serie nueva “Dragon Ball Super”. Se siente que a veces fuerzan demasiado todo y esta película realmente deja mucho que desear. Como persona que vio la serie desde su comienzo, en este caso no pude conectar con la historia como otras veces. Se me hizo pesada y por momentos aburre, hay algunos agujeros en el relato. Y Frezzer de ser un villano temible se convirtió poco a poco en un chiste que ya no causa el mismo impacto que antes. En conclusión, “Dragon Ball Super: Broly” es una película para fans o para alguien que no conoce las historias anteriores de Broly. Las escenas de pelea están bien pero no aporta mucho más que eso.
En 1956 Anna (Summer Howell) y su hermano Max (Keenan Lehmann) invocan al Demonio de Medianoche, un espíritu maligno, haciendo que todo termine de manera trágica. Años más tarde, Anna (Lin Shaye) ya se encuentra en estado senil al cuidado de su nieta Alex (Gabrielle Haugh). En una noche de guardia junto a su amigo Miles (Grayson Gabriel) encuentran el juego y deciden arriesgarse a jugarlo, lo que no saben es que al Demonio de Medianoche no le gusta perder. Realmente a esta altura, y con varias de este tipo de películas estrenadas en el cine con poco éxito, nos preguntamos ¿por qué se siguen haciendo? Ya que todas son similares con tramas predecibles y actuaciones demasiado mediocres. La mayoría ya no generan miedo sino más bien risa, algo que en el género de terror no debería pasar. El caso de “Demonio de Medianoche” es eso mismo: no causa miedo, los efectos son malos, la trama es predecible y absurda por momentos, las actuaciones son malas y el guión es aburrido y tedioso. La única interprtación destacable es la de Robert Englund, quien levanta un poco la mala participación de los protagonistas que no resaltan en nada y no generan ni un poco de empatía a pesar de estar viviendo una situación extrema. El género de terror viene siendo pisoteado hace bastantes años y, si vamos al caso, este film es una remake de una película del 2013 del mismo nombre. ¿Realmente es necesario hacer una remake de una película que no tiene ni 10 años de antigüedad? Sin nada más que agregar, “Demonio de Medianoche” es una historia mediocre, no asusta y no es más que una nueva leyenda urbana llevada al cine, con una idea bastante tirada de los pelos. Esta cinta pasará a ser una de esas películas que se ven para pasar el rato o para adolecentes aburridos que quieren ver una de “terror”.
Stephanie (Anna Kendrick) es una madre viuda que vive con su pequeño hijo y en su tiempo libre realiza un video blog sobre maternidad. Emily (Blake Lively) es una elegante mujer y empresaria dedicada a la moda. Ambas comienzan una cercana amistad, hasta que un día Emily le pide a Stephanie un simple favor, retirar a su hijo del jardín. Todo marcha normal, pero Emily jamás vuelve a aparecer, lo que llevará a su amiga a investigarla, encontrándose con un pasado oscuro y otros tantos misterios que envuelven a su “mejor amiga”. “Un Simple Favor” es un thriller con mezcla de película de suspenso y comedia de humor negro. A medida que vamos avanzando en la trama nos damos cuenta que no se trata simplemente de la búsqueda de Emily, sino de una historia más intrincada, violenta e incluso oscura que el espectador irá descubriendo expectante a conforme va avanzando el argumento. Kendrick y Lively se convierten en un gran dúo, pero también realizan un buen trabajo de actuación individual. Nos conmovemos con la dulzura de Stephanie y la preocupación por su amiga, nos perturbamos por Emily y su destino desconocido. Al mismo tiempo, logran sacarnos una carcajada en los momentos de humor. La dirección de Paul Feig está muy bien lograda, aunque por momentos el relato se convierte en vertiginoso, haciendo que el público se pierda alguno de los puntos importantes. Cabe destacar que el vestuario en esta ocasión juega un papel importante para diferenciar correctamente las personalidades bien distintas de Stephanie y realmente consigue convertirse en un personaje más en la historia. En conclusión, “Un Simple Favor” es un buen film, con buenas actuaciones, que logra entretener al público, aunque por momentos se desarrolla de manera muy rápida pudiendo así marear al espectador.
Kurt (Hayden Christensen) es un veterano de guerra, de una guerra que acabó con la mayoría de la humanidad que ahora se encuentra en un escenario escalofriante: hay pocos recursos, gobiernan la violencia y las mafias. En este contexto, el protagonista pasa sus días tratando de sobrevivir hasta que se cruza con Noe (Harvey Keitel), una especie de profeta que anuncia el fin del mundo. Este será el que le entregue a Kurt un libro con el cual empezará a crear su propio refugio, pero esto también lo llevará a un estilo de espiral de alucinaciones del cual deberá salir adelante para sobrevir. Filmada en la Argentina y con participaciones de actores locales como Liz Solari y Fernán Mirás, “El Último Hombre” es una película que se queda a mitad de camino. Si bien es una historia interesante y la ambientación está bien lograda, las actuaciones por momentos no llegan a conseguir que el espectador se conecte con la trama. La mayoría del tiempo la historia se desarrolla de manera lenta, se vuelve predecible en varias ocasiones y muchas veces el relato va perdiendo intensidad. Con respecto a las actuaciones, por momentos se vuelven tediosas y poco creíbles. Cabe destacar que las participaciones nacionales dejan mucho que desear. En resumen, “El Último Hombre” es una película entretenida, pero que tiene varios huecos que llenar entre la narrativa y las actuaciones. Al mismo tiempo, posee una buena fotografía y montaje que hacen que la película no sea del todo mala.
Alberto Sarlo es un abogado y escritor que dicta un taller de literatura y filosofía dentro de uno de los penales de mayor seguridad en la Argentina, ubicado en Florencio Varela, junto a Carlos “Kongo” Mena, un ex presidiario que se convierte en su ayudante. Carlos desde su experiencia en el penal y Alberto desde sus conocimientos intelectuales, tratarán de darle a este grupo de personas un lugar de expresión. En el contexto actual donde series como “El Marginal” nos muestran una violencia sin fin dentro de las cárceles, “Pabellón 4” nos enseña una historia de rivindicacion de la mano de Kongo, que gracias a Alberto descubrió su talento para la escritura y mezclándolo con el deporte como el boxeo logró transformar su vida y convertirse en ayudante del taller, para obtener una nueva oportunidad en la vida. El documental alterna escenas de las clases del taller con imágenes de los protagonistas en sus hogares, de Alberto en el trabajo o de Carlos practicando boxeo para componer esta historia de redención. La experiencia, según su propio director, fue muy buena, tuvo la suerte de que se le facilitaran los permisos para la filmación dentro del penal y los presos se comportaron de buena manera. Incluso la película fue proyectada dentro del pabellón con una buena recepción de parte de ellos y sus familias. Gracias a este proyecto, se lograron editar ocho libros que se encuentran de manera gratitua en internet, ya que el creador del proyecto no quiere obtener redito de este, solo lo hace por vocación y para ayudar. En un mundo donde la violencia está exarcerbada dentro de este tipo de productos, “Pabellón 4” es una historia de redención, amor al arte y de renacimiento.
En Eduardo Caxtex, un pueblito de la Pampa, se encuentra un parque temático prehistórico con mas de 30 esculturas de distintos dinosaurios hechos a escala real. Su autor, Jorge (Cacho) Fortunsky, poseedor de un innato talento para el arte, busca, a partir de esta creación, reivindicarse de un pasado criminal que hasta el día de hoy lo persigue. “El Señor de los Dinosaurios” es un documental, que relata la vida de Fortunsky. El mismo nos hace encontrarnos con una historia particular de un joven, que por necesidad termina en la delincuencia, pero que a lo largo de su desarrollo va descubriendo su talento como artista. Sin embargo, podemos decir que en el documental se pueden detectar algunas fallas, como ciertos planos lentos o innecesarios. Por momentos, el relato se vuelve pesado y no se entiende su dirección. Se siente una falencia dentro de la edición, con planos que no se condicen con lo que se está contando o que son insignificantes y realmente no se comprende por qué están ahí. En cuanto a la narración, por momentos las situaciones se mezclan, no se entienden y realmente hace que el film se vuelva aburrido. Da la impresión de que mucho de esto fue agregado como relleno al quedarse corto de planos o material relacionado a la historia. Cabe destacar la animación que por momentos se utiliza para relatar la historia de Fortunsky. La misma está muy bien ejecutada y en esta ocasión es un recurso muy bien utilizado, que aporta muy buen material al documental. Por lo tanto, “El Señor de los Dinosaurios” es una historia interesante, pero que falla un poco a la hora de encausar el relato y hace que el espectador se pierda entre demasiadas cosas, sumando una pobre edición.