Me declaro fan de los efectos especiales. Aunque si vienen por montón y sin historia, ¿cuál es su finalidad? Si los efectos sirven a la historia, el filme del que hablamos se convierte en algo de magnitudes desproporcionalmente épicas e incomparables. Hace 5 años que Guillermo Del Toro no se sentaba en la silla de director y hace lo que mejor sabe hacer: dirigir sus propios sueños y plasmarlos en historias que nos dejen con el sabor de boca de querer más.
Y no es porque sea mexicano, sino porque es de esos genios que no se dejan absorber por el dinero hollywoodense y prefieren contar lo que quieren contar, tomando lo mejor del cine comercial y llevándonos por un viaje maravilloso de metal y fantasía. Titanes del pacífico es, en muchos sentidos, un homenaje a aquellos primeros pasos de efectos que mostraban la destrucción de ciudades, y en el mejor de los casos, a aquellos ánimes futuristas que nos hacían soñar con tripular un mecha. Titanes es una metáfora. "Es el mundo salvando al mundo" como lo dijo del Toro. Es un trabajo de efectos especiales que cuenta la historia de la batalla entre unos robots gigantes, los Jaegers, contra los demonios internos -literalmente- de la tierra, los Kaijus. En media hora, Del Toro le enseña a muchos directores, cómo contar una historia "de orígen" sin ser tediosos, sin mucho diálogo y repleta de acciones.
No se guarda el despliegue de efectos para el final, no es el típico héroe -sino dos- que tiene que convencerse a sí mismo de que es el único que puede salvar al mundo, ni todo gira como tornado para desembocar en la batalla final en una oscuridad tremenda cuya física imposible nos haga preguntar: ¿Para esto pagué un 3D? No. Titanes del pacífico es más que un blockbuster americano de mitad de verano. Es una cinta de acción, de fantasía, de heroísmo, de drama, de comedia, infantil, de amor y todos los géneros que se puedan. Es una mezcla interracial -de nuevo, literalmente- cuyos protagonistas nos hacen sentirnos emocionados y querer formar un enlace mental con la persona que está a nuestro lado en la butaca, para salvar el mundo. Porque señores, les digo que ya tenemos ganadora a efectos especiales de la próxima entrega de oscar. Un 3D impresionantemente impactante (si pueden verla en Imax 3D o en la nueva tecnología 4D les digo que vale muchísimo la pena), una historia que no decae en ritmo y cuya fantasía nos hace sentir que en cualquier momento se nos viene la invasión.
Y no, no está hecha para quienes busquen una actuación digna de oscar, sino como puro entretenimiento. Y por eso, es el mejor espectáculo de verano.