La eterna lucha que lleva adelante el pobre contra el rico, el desamparado frente al poderoso, queda plasmada una vez más por el reconocido documentalista Martín Céspedes.
La historia se remonta al año 2011, cuando un joven campesino llamado Cristian Ferreyra, que ocupaba junto a su familia un terreno localizado en un paraje del monte santiagueño, es asesinado por Javier Juárez, un empleado contratado por el empresario Jorge Ciccioli para que vigile sus campos.
El director procura con su película, retratar las consecuencias de ese caso durante 2014, cuando se realizó el juicio oral y público a los dos acusados y, en paralelo, como para ejemplificar, ubicar el contexto y comprender un poco más cuál es el conflicto imperante, rescata con su cámara a distintos habitantes y familias enteras viviendo en precarias casas, que se dedican al trabajo en el campo, donde tanto mujeres, como hombres y chicos lo hacen a la par.
Ellos suelen talar árboles, a veces ilegalmente, pero su especialidad es la agricultura y la crianza de cabras que luego las venden muertas y limpias para cocinar.
En este punto, Martín Céspedes pone el foco sutilmente en que los sentimientos aquí no interfieren. Los niños se educan viendo cómo se mata a los animales porque son considerados alimentos y no mascotas. Algo que, para los ciudadanos urbanos esas imágenes sin filtros, pueden resultar chocantes.
El pedido de justicia permanece a lo largo del film. Se realizan marchas, alegatos, protestas pacíficas, donde la bronca perdura y no se la pueden quitar los familiares y vecinos de la víctima.
La filmación, en sí misma, carece de valor artístico. El realizador pone la cámara silenciosamente y registra lo que sucede, sin música que acompañe las imágenes, sólo con el sonido de la naturaleza y el ambiente. Las voces humanas llenas de angustia y dolor, son suficientes para expresar que, pese a todo, no cesarán los reclamos para obtener no sólo justicia sino también una igualdad de oportunidades para todos los habitantes de la región, y por sobre todas las cosas una convivencia pacífica y respetuosa.