Al borde del Impenetrable tiene lugar el juicio por el asesinato de un chico de 23 años, militante del Mocase, Movimiento Campesino de Santiago del Estero. El acusado es un peón, al parecer instigado por su patrón. Detrás de eso hay un asunto de terrenos fiscales vendidos por algún pícaro, papeleríos y desalojos forzados de familias que viven allí desde el tiempo de la Colonia. La historia de siempre, sólo que esta vez hay una organización que pone el grito en el cielo.
A modo de viñetas, esta obra sigue los vaivenes del juicio, momentos de la vida cotidiana de los criollos entre cabritos, gallinas flacas y sandías, una madre que enseña a leer a los chicos, una discusión medianamente civilizada, un par de manifestaciones y cuatro o cinco declaraciones de los militantes, pero no a cámara, sino como si estuvieran hablando entre ellos, o con un tercero. Se trata de un documental de observación, es decir que, salvo unos textos iniciales, las cosas deben explicarse por sí mismas. Lógicamente, el espectador no entenderá todos los detalles, pero el final tiene la suficiente fuerza como para terminar de convencerlo. Los malos son los sojeros. Autor, libretista y director de fotografía, Martín Céspedes. Esta es su primera película.