Néstor Frenkel provoca, ama la cultura y costumbres populares. Recorrer su obra permite comprender la comunión con el objeto/persona que analiza. Todo el año es Navidad convierte la expresión en un dogma de quienes hacen del personaje icónico de la fecha (no el hijo de Dios) su profesión.
El que nunca se afeitó, el que decolora de manera dolorosa su barba, el pelado, el metalúrgico, el de izquierda, el estatua viviente, Frenkel contempla y revela sin resentir la dinámica narrativa. En cada seudo Papá Noel que entrevista reflexiona, con humor, inteligencia y pasión, sobre la construcción de la ilusión.