Todo el dinero del mundo, es una muy buena película que demuestra que la codicia es una de las peores características que tiene el ser humano. A pesar de los contratiempos sufridos por temas personales, el film puede olvidarse de una situación tan compleja y reinventarse en sí mismo.
Después de los escándalos protagonizados por Kevin Spacey, el director Ridley Scott logró lo que parecía casi imposible: volver a filmar todas las escenas del personaje de Spacey con Christopher Plummer antes de la fecha de estreno. El papel del que se hizo cargo el actor canadiense, era ni más ni menos que el de Jean Paul Getty, uno de los primeros y más famosos magnates petroleros de Estados Unidos que, en su momento de máximo esplendor, fue considerado como el hombre más rico de todo el mundo.
Todo el dinero del mundo (All the money in the world) es la historia de uno de los acontecimientos que sacudió de pies a cabeza no solo a Estados Unidos, sino que también al mundo entero. Este hecho no es otro que el secuestro de Paul Getty III (Charlie Plummer) uno de los nietos del multimillonario, a manos de una pandilla de secuestradores italianos. El film consta de mostrar la carrera contrarreloj que la madre de Paul, Gail Harris (Michelle Williams) y uno de los oficiales de seguridad del viejo Getty, Fletcher Chace (Mark Wahlberg) deben hacer para lograr recuperar a Paul sano y salvo, siempre con el menor apoyo posible, y hasta el desinterés, de su “querido” abuelo. Para aquellos que no conocen ni un poco del señor Getty, traten de imaginarlo como la mezcla perfecta entre el Sr. Burns de Los Simpsons y Charles Foster Kane (Citizen Kane, 1941), habiendo hecha esta aclaración pueden sacar sus propias conclusiones de la cantidad de dinero del hombre.
A la hora de la dirección de esta película, hay varias cosas a favor de Scott y otras tantas en contra. Partiendo por lo bueno, el primer gran acierto fue haber cortado del metraje a Kevin Spacey, cuando la noticia explotó en todos los portales del mundo, desde un primer momento Ridley se deshizo de sus escenas. Esta es una cinta que imprime un drama desde el momento inicial con diálogos sumamente tensos y un tipo de relato que no es el convencional en cuanto a las clásicas historias de secuestros. No hay una sobredosis de drama, y no se busca crear suspenso innecesario, por lo que el balance acaba manifestándose. La fotografía es excelente, en muchas de las escenas el dramatismo que se quiere transmitir queda impreso en cada toma y plano y hace que esta obra no sea algo tan “robótico” y automatizado como venia pasando con las anteriores del director. El guión es aceptable y bastante clásico, si bien tiene algunas fallas, todo lo demás logra tapar estas deficiencias. Una mancha que tiene esta película, son los estereotipos, sobre todo de parte de los secuestradores italianos. Con un tono incluso burlón, por momentos llega hasta un punto en que queda super a contramano con lo que se nos quiere transmitir.
Lo más destacable de las actuaciones es sin dudas, la majestuosa actuación de Christopher Plummer, que es de no creer como no fue casteado desde un primer momento para su papel. Luego de haber remplazado a Spacey, la expectativa era mucha sobre cómo había quedado la edición del film y el corte final. Con algunos días de trabajo adicional, se puede decir que quedo fantástico. Pareciera que él nació para interpretar a este personaje, su trabajo es sencillamente grandioso. Otros que tuvieron un muy buen desempeño son Charlie Plummer y Michelle Williams, imprimiendo el dramatismo adecuado y logrando la empatía necesaria para este tipo de producciones. Por el lado de Wahlberg, siempre da la sensación que puede actuar mejor si se anima a salir de su zona de confort, pero de una forma u otra, siempre se las arregla para actuar mas o menos de lo mismo, claro que esta vez sin osos que putean o autos que se transforman.
En resumen, Todo el dinero del mundo, es una muy buena película que demuestra que la codicia es una de las peores características que tiene el ser humano. A pesar de los contratiempos sufridos por temas personales, el film puede olvidarse de una situación tan compleja y reinventarse en sí mismo. Gracias a este papel, Plummer tiene la chance de ganar el Oscar a Mejor Actor, siendo que hace un par de meses ni estaba en el elenco, el gran acierto de Ridley Scott.