Todo en todas partes al mismo tiempo es una comedia bizarra escrita y dirigida por “The Daniels”, dupla conformada por Daniel Kwan y Daniel Scheinert. Y está protagonizada por la estrella del cine oriental Michelle Yeoh, acompañada de Ke Huy Quan, Stephanie Hsu, James Hong y Jamie Lee Curtis entre otros.
La historia se centra en Evelyn Wang, una inmigrante china en Nueva York que cuando va a realizar un trámite burocrático se entera que existen múltiples universos, que se generan por las diferentes acciones que llevó a cabo a lo largo de su vida. Y se le asigna la misión de derrotar a la poderosa líder Jobu Tapaki para salvarlos de su destrucción.
En primer lugar es necesario destacar el cambio de estilo desconcertante que manejan sus directores, haciendo que lo que parece ser una comedia costumbrista sobre una inmigrante china en Nueva York, como El banquete de bodas de Ang Lee, se convierta abruptamente en una fantasía bizarra propia de Terry Gillan. En la que todo carece de sentido, y aparecen una serie de gags efectivos y escenas geniales como el combate de Waymond contra el personal de seguridad con una riñonera.
Pero el principal problema de esta película es que, al llevar este planteo absurdo al extremo, una buena idea en teoría que no funciona en la práctica, porque extiende innecesariamente su duración, y por momentos se vuelve incomprensible. Y esto se debe a que carece de un marco teórico científico, artístico o religioso que la sostenga, dando como consecuencia una serie de imágenes surrealistas en la que todo es posible y valedero porque no hay un principio ordenador.
En conclusión, Todo en todas partes al mismo tiempo es una comedia bizarra que lleva una idea absurda hasta el extremo. Y lo que funciona bien al comienzo se vuelve confuso hacia el final, por lo que corre el riesgo de que el espectador vaya perdiendo interés, especialmente en la segunda mitad.