Los personajes de la realizadora danesa Susanne Bier, siempre padecen. Accidentes o enfermedades, todo vale para poder descubrir, a partir de allí, la crisis de sus parejas. Aquí todos viajan para asistir a una boda en Sorrento, encantadora como siempre. Son seres confundidos. Comedia romántica, de hermosas locaciones, baile, flores y una casona de ensueño, un film apenas agradable, que habla de amores tardíos y de segundas oportunidades. Es algo cursi, exagerada, previsible, pero tiene una buena actriz (la vital Trine Dyrholm, la peluquera optimista) y mal o bien aporta un poco de amor y de esperanza a una cartelera sobrecargada por explosiones, villanos y terrores varios.