Todo lo que necesitas es amor es una comedia romántica dirigida por la danesa Susanne Bier (Hermanos, y la ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera En un mundo mejor) que aporta muy poco al género y termina pasando sin pena ni gloria.
Lo vi todo
Ida (Trine Dryholm, tal vez la recuerden de films daneses como La Celebración y A Royal Affair) es una peluquera sin pelo, ya que acaba de finalizar un tratamiento de quimioterapia. Un día llega a su casa y encuentra a su marido teniendo sexo con una joven compañera de trabajo. Ida decide viajar por su lado a Italia, donde se casará la hija de este arruinado matrimonio se casará en dicho país. Por otro lado tenemos a Philip (interpretado por el queridísimo Pierce Brosnan), un empresario inglés radicado en Dinamarca, un viudo solitario cuyo hijo casualmente contraerá matrimonio en Italia. Ida choca con su auto al auto de Philip en el estacionamiento del aeropuerto y se dan cuenta de que los dos van a la misma boda (y que son futuros consuegros).
Italia mon amour
En general, cuando vemos una comedia romántica sabemos cómo va a terminar, y está bien, lo que importa es cómo llegamos a ese final feliz. Todo lo que necesitas es amor no es la excepción. El problema está en todas esas situaciones que llevan a que terminen juntos Ida y Philip. Lamentablemente, Susanne Bier nos presenta un cliché atrás de otro, desde cómo se conocen los protagonistas hasta las diversas situaciones que los terminan uniendo o el hecho de que el enamoramiento tiene lugar dentro de unas mini-vacaciones en una ciudad turística y durante una boda. Está todo visto y es realmente una pena, ya que cuenta con correctas interpretaciones y personajes por demás queribles. Pierce Brosnan y Trine Dryholm hacen una buena dupla y son de lo más rescatable de la película, junto con algunas sorpresas que se reserva la película. Otro elemento que hace ruido es la idealización de la locación de la boda. Italia parece ser el paraíso, con un sol espectacular, árboles y frutas por todos lados y unos paisajes impresionantes. Hay un uso descarado de estas “postales” de Italia, que más que situarnos en el lugar parecen una publicidad de una agencia de viajes. No aporta nada valioso al género de comedias románticas y probablemente la olvide rápidamente.
Conclusión
Todo lo que necesitas es amor desilusiona desde su comienzo. Abusa del “caramelo visual” y constantemente cae en los clichés de las comedias románticas. Igualmente, se deja mirar y más allá de las “figuritas repetidas” que se encuentran a a lo largo de la película, entretiene al espectador. Si alguien nunca vio una comedia romántica, quizá encuentre este film atractivo. Para el resto de los mortales probablemente pase sin pena ni gloria, ya que no parece tener nada nuevo que decir.