Otro filme sobre la destrucción de una pareja luego de años de convivencia, en esta ocasión muy lejos de aquella maravillosa “Nadie se salva solo” (2015) de Sergio Castellito
El problema principal que se instaura en la narración es que no termina de establecer que es lo que desea realmente, si la radiografía de un adulto, padre de familia no asumido, o de su mujer en triple función de madre, incluido su esposo al que sostiene económicamente, las frustraciones personales, el foco en los hijos, demasiados temas ninguno bien desarrollado.
La segunda dificultad arranca desde el titulo, una vez finalizada la proyección, en idioma original es “Tout pour etre heureux” (todo para ser feliz), su estreno en países de habla inglesa es “Dad in training”, bastante más especifico. Rara vez ocurre que en nuestro país el titulo sea más cercana a la realidad narrada. Tal es el caso, ya que en una pareja nada es de a uno, y el filme si bien desarrolla más sobre la relación del hombre, es la mujer la que establece las direcciones.
Antoine (Manu Payet) es un productor musical que todavía no tuvo su éxito, ese que lo saque del anonimato, Alice (Audrey Lami) es una fiscal que ha dejado pasar oportunidades profesionales por apuntalar a su esposo. Antoine se descubre abandonando su profesión de músico por pedido de su mujer. Es algo así como cuando Talia le pide a Rocky que deje de boxear. En medio las hijas, ambas fueron creciendo entre la desaparición paulatina del amor, los reproches de la pareja parental y su posterior ruptura.
La primera temporada de ese padre, con sus hijas a solas, de manera forzada por la madre de las niñas, dará lugar a que todo entre sus hijas y él se modifique. Todo pasa a ser casi idílico. Diez días alcanza y sobra.
La narración en cuanto a presentación de personajes, desarrollo de la historia, progresión dramática, establecimiento del o los conflictos, huele a clasicismo hollywoodense más que a cine francés. Demasiado superficial y plagado de giros ultra previsibles, sólo puestos para engañar al espectador. Las actuaciones son buenas, sobre todo el de las hijas, primero por la frescura de las mismas, segundo por poseer más detalles en su escritura. Pero eso no revaloriza el producto en su totalidad.
De mirada agradable, no pretenda otra cosa, aunque el texto parecería ser que si.