Siguiendo el estilo de una comedia dramática norteamericana, Todo para ser felices narra la vida de Antoine (Manu Payet), ex baterista devenido productor, que al mismo tiempo lleva una vida familiar normal, con una mujer y dos hijas. Los problemas empiezan cuando se focaliza en producir a una cantante hot, con potencial de ser un éxito internacional, mientras relega su rol de padre y se enfría su relación con su mujer, Alice (Audrey Lamy).
Cuando la situación se vuelve insostenible, Alice abandona a Antoine, quien cree ser capaz de llevar una cómoda vida de soltero y se establece en la casa de su hermana, Judith (Aure Atika), pero pronto esa posibilidad se demuestra poco factible. No sólo le cuesta establecer un vínculo honesto con otra mujer, sino que empieza a extrañar a Alice, y se pone loco de celos tras enterarse de que sale con alguien.
A propósito de un viaje de su ex, Antoine debe quedarse un par de semanas con las dos hijas, y así recompone parte de la familia que había perdido. Pero, ¿podrá recuperar a Alice? Más allá de un sinfín de lugares comunes, Todo para ser felices acierta en su descripción de las relaciones humanas, y pese a su humor ramplón incluso consigue bellos momentos.