Algo más que endogamia.
Presentada en el Festival de Mar del Plata, Todo queda en familia pretende ser una comedia que da cuenta de los secretos y las pasiones que mueven a un grupo de personas. Casi como pequeños relatos privados -y no tan privados- de cada uno de ellos, donde la intimidad – léase infidelidad- se entrecruza claramente de ex profeso y otras por mera confusión.
De allí el toque de humor negro de esta historia donde dos hermanos: uno el paradigma del empresario, que supo darse vuelta a tiempo y seguir el deseo del padre y el otro Nikola (Miki Manojlovic) bohemio sin dinero, rechazado por su padre y su propia familia hacen uso y abuso de códigos amorosos que siempre han existido, tanto como las relaciones inconfesables, o los deseos de fusión, que ambos colocan sin pudor sobre el tapete.
Rajko Grlic coguionista y director del film parte de considerar al adulterio como parte de la sociedad, no sólo de los Balcanes, sino del mundo.
De hecho todas las historias hablan de amor, en algún punto, pero siempre en tensión entre la pasión destructora de los cuerpos, y la búsqueda de un ideal casi tan inaccesible como necesario, como es el deseo de encontrar la felicidad a toda costa en un “otro”. Sin importar en todo caso quien es ese otro, o qué lugar ocupa dentro del entramado que representa en este caso “ser familia”.
Pero es que ni el padre se salva en su lecho de muerte, y cada uno de los hermanos con diferente estilo, ejerce la práctica de la infidelidad como un deporte, lo cual deja la mayoría de las veces un sabor amargo, aunque sin el dramatismo que supondría, como en cualquier culebrón sospechar que en vez de primos tenemos hermanos.
Excelentes actuaciones acompañan a este film, que por momentos se torna repetitivo, es allí donde la comedia roza la sátira. Y lo que podría acercarse a un culebrón es por una parte el resultado de una historia familiar, y por otra la que deviene de la Historia, de esas burguesas calles de un Zagreb donde los revolucionarios y rebeldes de ayer, son los adúlteros de hoy.
Una propuesta provocativa, por momentos tierna, con diálogos interesantes, cómica y triste, que da cuenta de la realidad, -pero no sólo de una ciudad de Croacia-. Este es un film, que no casualmente esta realizado en coproducción con Servia y Eslovenia- y que nos hace reflexionar sobre otro tipo de endogamia, en todo caso la política, que todavía recoge las huellas de tanta locura suelta…..donde finalmente todo queda en familia.
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Publicado en Leedor el 28-07-2012