Podríamos pensar esta película como una puesta al día de Cyrano de Bergerac pero, claro, sin la idea de conquista de quien solicita la escritura, y con una ficción que une a una Jerusalén dividida y que posibilitaría a un general su reivindicación antes su mujer, y, por otro lado, un guionista que descubrirá sus capacidades para cautivar al sexo opuesto.