Basada en la exitosa novela de Nicola Yoon, este nuevo drama adolescente, cortesía de Warner Bros, nos lleva a visitar una pintoresca historia de amor motivada por una autosuperación bastante conveniente para un guión que, a pesar de ser poco realista, cumple con su objetivo de sumergirnos en una historia poblada de poco interesantes personajes.
Amandla Stenberg interpreta a Maddy, una joven sometida a su sobreprotectora madre que vivió recluida en una habitación la mayor parte de su vida debido a una enfermedad que, básicamente, la convierte en “alérgica al mundo“. Esta extraña condición comenzará a ser neutralizada gracias a Olly (Nick Robinson), un joven vecino que se verá atrapado por la personalidad de la protagonista. Ahora, con ayuda del internet, la enfermera a cargo de Maddy –interpretada por Carla De La Regera– y la motivación de saciar su hambre de aventuras, el amor de los personajes intentará superar toda barrera, llevándolos a huir a Hawaii en una simpática travesía de redescubrimiento para ambos.
No soy gran fan de este estilo de películas, porque los guionistas suelen hacer que las historias de amor hollywoodenses chorreen azúcar de la cantidad de clichés cursis que incluyen a la fuerza. Todo, Todo (Everything, Everything) cuenta con estas indeseables características, pero las ejecuta de una manera bastante tolerable. La dirección plasmada por Stella Meghi logró que mediante un gran apartado visual, la historia sea ágil y fresca, creando una gran interacción entre los protagonistas, aunque estos no se encuentren cara a cara. Además, la colorida fotografía y las localizaciones acompañan muy acertadamente la calidez y la frialdad de cada momento.
El reparto hace un trabajo aceptable, pero no alucinante; algunos momentos están bastante sobreactuados y descolocan un poco el asunto central de la película. Por suerte la directora sacó lo mejor de ellos a pesar de un guión muy poco sobresaliente. Les confieso que con errores y todo, van a quedar bastante inmersos en la trama. Claro que generalmente este tipo de films van dirigidos a un público adolescente con ganas de lagrimear a lo loco, por lo que prometo que sus células empáticas van a activarse bastante con el conflicto de la parejita, y más con un tercer acto que toca ciertas fibras sensibles. En fin, el film es equilibradamente soso, pero sirve para deleitarse con una historia de amor centrada en gente que probablemente está peor que nosotros. Vayan y véanla con sus novias… me lo van a agradecer.