“Todo, Todo”, o debería ser “Predecible, Predecible”. Una película que a minutos de comenzar sabrás el final.
Una chica de 18 años, Maddy (Amandla Stenberg) tiene una enfermedad, casi desde nacimiento por la que no puede salir de su casa o más bien, no puede tener contacto con el exterior. Esto significa que nunca salió a la calle (excepto de bebé) y no tiene trato con otra gente que no sea su mamá, su enfermera y la hija de su enfermera. Un día, ve por la ventana que una familia se muda a la casa de al lado y con ella, un chico llamado Olly (Nick Robinson), de quien se enamora.
La idea está buena, aunque un poco improbable, pero se queda ahí. Si bien es un film de poca duración, la película se hace un poco larga. La historia tiene un lento desarrollo, aunque no aburre del todo y tiene momentos esperanzadores, en donde creemos que habrá un giro inesperado, pero no.
Destacable la actuación de Amandla Stenberg, una joven promesa que con su rostro perfecto, seguiremos viendo en pantalla grande.
“Todo, todo” es una película para ver en tele, alguna noche de soledad, con un kilo de helado o alguna otra cosa rica para acompañar.