Las adaptaciones de novelas juveniles siempre suelen ser un ¡BOOM! Para el publico que son destinadas, sobre todo para el público femenino, que anhelan ver sus novelas románticas favoritas adaptadas en la gran pantalla, los últimos casos fueron “Bajo la Misma Estrella” o la estrenada el año pasado “Yo Antes de Ti”, en ambas películas el amor era el tema principal, pero eso no era todo, para agregarle dramatismo uno de los dos protagonistas sufría de algún problema físico, impidiendo que esa historia de amor tengo 100% de felicidad, ahora llega “Todo, todo”, película que trata de repetir esa fórmula.
Madeline (Amadla Stenberg) tiene 18 años recién cumplidos, dentro de todo es una adolescente feliz, pero tiene algo que la diferencia al resto de las chicas de su edad, ella permaneció prácticamente el resto de su vida encerrada en su casa, esto se debe a una enfermedad que padece desde muy chica, dicha enfermedad se debe a las bacterias que rondan en el aire y que podrían afectarla gravemente, es por eso que ella vive en una casa acorde a sus necesidades, las únicas personas que conocen son su madre y una enfermera que está al pendiente de ella, Madeline solo conoce al mundo a través de los vidrios que dan al exterior, un día ve que una familia se mudan al barrio, ahí entabla amistad con Olly (Nick Robinson), es ahí cuando Maddy conoce el amor y deberá decidir si atreverse a salir al mundo exterior pese a todas sus dificultades.
Quizás el nombre de Amadla Stenberg no les suene conocido, pero ella trabajo en la primera entrega de Los Juegos del Hambre junto a Jennifer Lawrence, desde ahí la habíamos perdido el rastro, ahora ella es la protagonista de esta historia ¿romántica? Del 2017.
La historia tiene todos los condimentos para ganarse al público: chica enferma que se descubre su primer amor y con una enfermedad que complica diariamente su vida, si, hay publico que ya lleva carilinas para los momentos de lagrimas, pero “Todo, todo” es una película vacía sin sentimiento alguno. El gran error es la falta de química entre sus protagonistas, cada uno puede funcionar de manera separada, en especial Amandla Stenberg, pero al momento en el que están ambos comparten pantalla, todo se desmorona, también la película no cuenta con ningún tipo de momento dramático y el problema central se resuelve de una manera muy cursi. Todo, todo tenía todos los elementos para cautivar al público que está destinado, pero queda en una historia muy desaprovechada.