Hay películas donde la desgracia de los protagonistas redunda en la felicidad de los espectadores. Solemos llamarlas “comedias”, donde se nos permite ver lo real desde otro lado. “Todo un parto” es, sí, una comedia donde dos personas que no están destinadas a conocerse deben atravesar kilómetros y kilómetros de los Estados Unidos, uno de ellos para llegar a tiempo al nacimiento de su hijo. Alcanzaría con decir que los protagonistas son ese yacimiento inacabable de talento humorístico llamado Robert Downey Jr, y que su extraño, excéntrico acompañante es Zach Galifianakis, el genial barbado de “¿Qué pasó ayer?”. Pero no es suficiente: para que este film lleno de momentos hilarantes y absurdos que se basan en la urgencia, la angustia y la tensión siempre peligrosa entre dos personas, nos haga reír: es absolutamente necesario que alguien ponga la cámara a la distancia justa. Eso es lo que hace el director Todd Phillips, quien ya lo había demostrado en “Starsky & Hutch” y en “¿Qué pasó ayer”?