Todd Phillis tiene buen ojo para el reparto. También para elegir en qué gastar el dinero, en este caso el que le cayó como una catarata con “¿Qué pasó ayer?”. A Zach Galifianakis, la revelación de la película que lo elevó a las ligas mayores de la industria del cine, le sumó a una gran estrella de Hollywood, un nombre que por sí solo calienta la taquilla y que, como si eso fuera poco, además tiene talento: Robert Downey Jr. Caro, pero el mejor. La historia es simple y efectiva. Un arquitecto tiene que volver contra reloj de Atlanta a Los Angeles porque su mujer está a punto de dar a luz, pero una serie de contratiempos, causada por su encuentro con un disparatado aspirante a actor que viaja a Hollywood, desatan el delirio. Hay química, guión y, sobre todo, un modo de hacer reír que no le escapa a la exceso. No se necesita más para pasar un buen rato.