¿Y dónde están las perdices?
Llegar a la casa de tu novio y encontrar crema para peinar o hebillas que la otra se olvidó, pueden ser momentos decisivos en una pareja que empieza a dar sus primeros pasos. Ni qué decir si se trata de explicarle al actual un llamado inapropiado de un ex o, peor aún, que si descubre un llamado oculto. La problemática de los ex parece estar de moda en la actualidad. Pero, si de por sí es difícil convivir con esos fantasmas, sepan que ampliados en pantalla grande, a veces y solo a veces, el asunto se vuelve bastante más que llevadero.
La película arranca ahí donde mueren todas: en el beso final que acompaña al “vivieron por siempre felices” para preguntarse qué tan cierto es todo eso del amor eterno. Ex novios celosos, peligro de ex, divorcios y desencuentros hacen de esta tragicomedia romántica un rejunte coral de situaciones con el fin de una relación como único hilo conductor.
Brizzi hace de lo gracioso algo grotesco y este rejunte que en general es parejo y simpático, se va del eje cuando intenta –sin éxito- hacer escenas en tono dramático. Mucho cliché, lugares comunes, demasiado estereotipo para suponer que Ex puede pasar con laureles a la posteridad. Además de ser previsible, tal vez sea por su misma fluidez que cae en la superficialidad a la hora de tratar el tema. Pero logra sus dos únicos objetivos que son entretener sanamente y generar millones.