Alicia Vikander, la ganadora del Oscar a la mejor actriz de reparto por "La chica danesa", tiene el trabajo de robarle el rostro a Angelina Jolie y convertirse en la nueva Lara Croft, la especie de Indiana Jones surgida de un video game que anda buscando a su padre por parajes exóticos.
En realidad, no es que sea mucho trabajo borrar el recuerdo de Angelina, porque las películas de la saga de Tomb Raider, si bien eran taquilleras, no eran memorables. Esta nueva tampoco es nada del otro mundo, pero lo mejor que tiene para aportar es la protagonista, que está excelente en el papel de esta chica de armas tomar.
La historia es la misma: la pobre Lara Croft crece añorando a su papá, un aventurero que busca reliquias mitológicas y civilizaciones perdidas, y un día decide salir en su búsqueda, lo que la lleva a viajar a Hong Kong , aliarse con el marinero Daniel Wu, partir hacia una misteriosa Isla en el Pacifico (se llama igual que la de King Kong, Skull Island). Hay lindas escenas de aventuras en cascadas y tumbas milenarias bien filmadas por el noruego Roar Uthaugh, el de "La ola".