Lara intenta recorrer su propio camino, alejada de la herencia que le dejó su padre, Lord Richard Croft, al desaparecer. Todos lo dan por muerto pero ella no, y sus sospechan se confirman cuando encuentra una oficina secreta con una investigación que podría tener el paradero actual de Lord Croft. Lara se embarcará en una peligrosa aventura para saber la verdad, y también conocer su propia fortaleza y de lo que es capaz.
Bastante se habló de Tomb Raider: las aventuras de Lara Croft. En especial, se criticó la elección de Alicia Vikander como Lara, siendo constantemente comparada con la Lara de Angelina Jolie, mostrando un desconocimiento bastante grande por parte de quienes hacían estas quejas: ya que este nuevo inicio fílmico, viene de la mano con el reboot en los videojuegos realizado en el 2013. Y si comparamos a la aventurera de las consolas, veremos que físicamente es muy parecida a Alicia Vikander, así que la decisión de castear a la actriz sueca tiene todo el sentido.
Y con este cambio, veremos una nueva heroína en el cine; que no solo resuelve los problemas a los tiros o golpes de puño; sino que utiliza su inteligencia para resolver enigmas y salir airosa de más de una situación peligrosa; dando un giro al estilo de mujer bad ass que veníamos viendo en la gran pantalla, y optando por la sapiencia y deducciones del personaje, por sobre su destreza física. Todo un acierto en el cambio social que estamos viviendo.
A todo esto hay que sumarle un guión que si bien tiene más de un agujero argumental, cumple su función de entretener y hacer que las dos horas de película se pasen rápido. Y sobre todo nosotros como espectadores, tenemos que entender que estamos ante una adaptación de un video juego, no de una obra de Shakespeare…
Lo que si no podemos dejar pasar, es que la falta de presupuesto se hace evidente casi de forma constante en todo el metraje. Y no lo decimos solo por algunos efectos especiales que atrasan bastante; sino que en la idea de poner grupos de personas que apenas llegan a diez y tildarlas de ejército, termina sonando no solo ridículo; sino que nos da que pensar que las personas que estaban siendo sometidas por el grupo a cargo del villano de Tomb Raider: las aventuras de Lara Croft, podrían haberse revelado fácilmente. Y todo esto se traduce a una sensación de “barato” en toda la cinta.
Tomb Raider: las aventuras de Lara Croft es una película bastante entretenida, y una buena adaptación de un videojuego. Antes de ir a verla hay que ser consientes que se está por ver; y para lo que fue pensada y creada, cumple con su cometido. Solo esperamos que de haber una eventual secuela, los encargados del proyecto puedan contar con un presupuesto más amplio para establecer a Lara como una heroína de acción en el cine; porque en los games, lo es hace tiempo.