El regreso de una "supermujer"
El regreso de "Tomb Raider", dirigida por Roar Uthaug, relata las aventuras de Lara Croft, interpretado por la sueca Alicia Vikander. Sin embargo, el filme comienza con algunas diferencias respecto de la historia de 2001.
Finalmente llega el reinicio de “Tomb Raider”, con las aventuras de Lara Croft, una de las heroínas más importantes de la pantalla grande. A 17 años del estreno del filme que dio inicio a la saga, basado en el videojuego de mismo nombre, el director noruego Roar Uthaug está a cargo de la aventura con el protagónico de Alicia Vikander.
El filme comienza con algunas diferencias sustanciales respecto de la historia de 2001. Cuando Angelina Jolie interpretaba a Lara, se trataba de una millonaria con todos los recursos necesarios para vivir sus aventuras, con armas y tecnología de última generación (para la época). Sin embargo, aquí, vemos a Lara (Vikander) más joven, y sin una libra, sobreviviendo en Londres como una mensajera con habilidades para la acción y la pelea, pero a la que nunca le salen bien las cosas. Su pobreza se debe a no querer firmar el acta de defunción de su padre, millonario empresario que está desaparecido desde hace años.
Sin ese consentimiento, los bienes de los Croft quedaron congelados, hasta que ella se dispone a aceptar que su padre no volverá, pero a último momento, literalmente a segundos de finalizar con ese “trámite”, le dan un regalo que cambia todo: de repente conoce el hobby secreto de su padre y lo que lo llevó a viajar a un lugar desconocido, lo que renueva su esperanza y hará que se embarque en una aventura que dará luz a la Lara que todos queremos ver.
La primera parte del filme obliga a que redescubramos a Lara Croft. En peleas, carreras y hasta intentos de robo, nos enteramos de que es voluntariosa, sagaz, pero parece condenada a perder.
En la segunda mitad hay un brusco cambio y empiezan a percibirse las cualidades heroicas de la protagonista, con algunas secuencias clásicas del videojuego que generó la franquicia.
De todos modos, la película recae en recursos básicos de los productos del género, y termina en un limbo de falta de ideas y un guión tosco. Clásico caso de buenas intenciones con malos resultados, algo que, con la infraestructura de “tanque”, es difícil de salvar al comentar el largometraje.
Por otro lado, la película puede sacar ventaja de la coyuntura: una mujer de acción como única protagonista, y llevando a cabo sus ideas contra los que le dicen lo que no puede hacer -sin refuerzo romántico para crear una subtrama-, en un mundo en el que las mujeres piden más igualdad de oportunidades, es esperanzador. ¿Es la película que esperamos para que levante alguna bandera? Claramente no, pero sí es necesario mantener ese rumbo.