"Tomorrowland": cuando la fuerza no acompaña
Estamos en los gloriosos y esperanzadores años cincuenta. Frank (Thomas Robinson) es un niño brillante que se presenta a la Feria Mundial de Ciencias para ganarse un premio con su invento: un rudimentario y experimental jetpack (que no funciona del todo bien).
Ni siquiera pasa la mesa de inscripción, pero lo que sí gana es llamar la atención de Athena (Raffey Cassidy).
Esta misteriosa nena le entrega un pin que le abrirá la puerta a un mundo fantástico llamado Tomorrowland en la que, básicamente, todo es posible. En ese mundo son bienvenidos todos aquellos que tengan una gran imaginación e ideas que sirvan para mejorar la calidad de vida. Y Frank fue invitado a formar parte de él.
Estamos en la actualidad. Todo es caótico y el futuro se ve bastante negro.
Casey (Britt Robertson) es una adolescente muy inteligente, llena de curiosidad científica, que por sobre todas las cosas tiene una cualidad que la destaca: es optimista y tiene esperanzas de cambiar el mundo. Casey es contactada por Athena porque parece ser la elegida para una misión en la que está en juego el futuro del planeta. Para ello deberá juntarse con un adulto, desilusionado y resentido Frank (George Clooney), y juntos ir a Tomorrowland en busca de la posible salvación.
Si ustedes están cansados de las secuelas, remakes, reimaginaciones, relanzamientos, etc, etc, etc; y están ávidos de encontrar películas que les ofrezcan historias originales, "Tomorrowland" responde a sus plegarias.
De hecho, el director Brad Brid declinó la invitación para hacerse cargo de "Star Wars: Episodio VII - El Despertar de la Fuerza", para trabajar en ésta porque le atraía lo original de la propuesta (y eso que es fanático de la saga creada por George Lucas).
El realizador de "Los Increíbles" y "Ratatouille" junto a Damon Lindelof y Jeff Jensen fueron los que tuvieron la idea original, y después los dos primeros se encargaron del guión. Y ahí es donde un poco falla este filme.
Primero hay que dar gracias por tener ante nosotros una obra que nos ofrece algo nuevo y original, es realmente una sensación refrescante.
"Tomorrowland" comienza con mucha fuerza, atrapa al espectador, pero después se va diluyendo. El error radica en querer explicar demasiado las cosas y no hay necesidad. A veces hay que tener un poco más de fe en los espectadores y no querer darle todo masticado. Tomorrowland es como un chicle que va perdiendo el sabor. La idea es buena y su finalidad es valedera (sin contar demasiado tiene un mensaje que ojalá sea escuchado), pero se desinfla. Y lamentablemente eso repercute mucho y es lo cuenta.
Bird demuestra una vez más que es un excelente director y que seguramente en Pixar lo están extrañando. Por ejemplo, la escena que transcurre en la casa de Frank, cuando él y Casey están escapando de sus perseguidores es, sencillamente, tremenda. En cuanto al elenco, a los siempre efectivos y correctos Clooney y Hugh Laurie (interpreta al Gobernador Nix, el "malo") se les suma el gran trabajo de Raffey Cassidy y Britt Robertson, que es el alma de la película. Aplausos para las dos que están muy bien.
Si se lo estaban preguntando, la respuesta es sí.
El largometraje se basa en el parque temático homónimo de Disney. Ya que no existe la ciudad que muestra el filme, pueden conformarse con un tour a ese lugar. Bueno, algo es algo.